El gobierno nacional anunció oficialmente este viernes un nuevo incremento en las tarifas de gas y electricidad, que se aplicará a partir de septiembre con un promedio del 4%. Estos ajustes, que habían sido postergados, buscan avanzar hacia un "valor real" de la energía, según argumenta el gobierno. En el caso de la electricidad, el aumento afectará a los usuarios del Área Metropolitana de Buenos Aires y otras zonas atendidas por las empresas que continúan con la concesión desde la privatización de la estatal Segba. Por su parte, el aumento en el gas impactará en todo el país, incluidas provincias como Santa Fe, que dependen de las redes heredadas tras el desmantelamiento de Gas del Estado en los años 90.
La Secretaría de Energía justificó las subas afirmando que se busca "garantizar un suministro de gas sostenible y equitativo para todos los usuarios, evitar el desabastecimiento y asegurar la viabilidad económica del sector energético". Con los nuevos valores, los usuarios de altos ingresos (N1), así como industrias y comercios de todo el país, cubrirán en promedio el 72% del costo del gas y el 90,5% de la electricidad.
Los hogares de ingresos medios (N3) pagarán el 32% del costo del gas y el 40% de la generación eléctrica, mientras que los usuarios de bajos ingresos (N2) asumirán el 26% y 25%, respectivamente. Aquellos que superen ciertos bloques de consumo establecidos pagarán el costo correspondiente a los usuarios de altos ingresos (N1) por el consumo excedente.
El gobierno estima que durante la primavera, debido a la menor demanda de gas y electricidad por las temperaturas más altas, el impacto del aumento del 4% en las boletas se verá mitigado por la caída en el consumo.
En términos monetarios, los usuarios residenciales de ingresos altos, así como comercios e industrias, verán un incremento en el precio promedio del gas a US$3,45 por millón de BTU (unidad de medida en el sector), lo que representa un aumento de 15 centavos de dólar. Este ajuste, según funcionarios del Ministerio de Economía, busca acercar el precio pagado por los usuarios al "costo real" de producción y suministro de gas.
El costo promedio del gas en Argentina es de US$4,77 por millón de BTU, que incluye un valor promedio de US$3,50 por la producción local, que abastece el 90% del consumo anual, y US$15,50 por las importaciones de gas natural licuado (GNL) y gas proveniente de Bolivia.
Los usuarios de ingresos bajos (N2) pagarán US$1,24 por un bloque de consumo subsidiado (anteriormente US$1,19) y US$3,45 por el excedente. Los usuarios de ingresos medios (N3) pagarán US$1,55 por el consumo base (anteriormente US$1,48) y US$3,45 por el excedente. Esto implica que los N2 cubrirán el 36% del valor de referencia para un bloque de consumo, mientras que los N3 pagarán el 45%, lo que equivale a bonificaciones del 64% y 55%, respectivamente.
A pesar de estos aumentos tarifarios, todos los usuarios residenciales, incluidos hogares e industrias, seguirán recibiendo subsidios, dado que el costo real de producir e importar gas durante todo el año es en promedio de US$4,77 por millón de BTU. Es decir, las industrias, comercios y usuarios N1 cubrirán el 72% del valor del gas, mientras que los N2 pagarán el 26% y los N3 el 32%, con el resto del costo absorbido por el Tesoro Nacional.
En cuanto a la electricidad, el nuevo precio de referencia para los usuarios residenciales de altos ingresos, comercios e industrias pasará de $58.596 por MWh a $61.526 (5%). Sin embargo, la Secretaría de Energía aclaró que el costo real sin subsidios es de $68.016 por MWh.