Con la cotización de la soja en su nivel más bajo desde 2020, la decisión del sector agropecuario de postergar la venta del grano, esperando el levantamiento del cepo cambiario o una reducción en las retenciones, podría tener un alto costo para los productores y para Argentina. Este cálculo erróneo está resultando en pérdidas millonarias para el campo y el país.
La tendencia negativa se confirmó con el reciente informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), que proyectó una cosecha récord de soja para la próxima campaña. Esta previsión desplomó los precios de la soja en el Mercado de Chicago a niveles que no se veían desde septiembre de 2020.
Estados Unidos, el segundo mayor productor mundial de soja después de Brasil, consolidará su posición con una producción estimada de 125 millones de toneladas para la campaña 2024/25. Brasil, por su parte, proyecta una producción aún mayor, alcanzando los 147 millones de toneladas. Argentina, con una producción tres veces menor que la de Brasil, también se ve afectada por este panorama global.
El desplome de los precios de la soja, así como de la harina y el aceite de soja, ha sido sostenido durante meses. Los productores argentinos, que habían estado vendiendo solo lo necesario para cubrir deudas y financiar la próxima siembra, ahora enfrentan una situación compleja. Hasta el momento, solo se ha comercializado el 50% de las 50,5 millones de toneladas recolectadas en la campaña 2023/24, lo que complica aún más el ingreso de dólares al país, en un momento en el que la economía argentina necesita desesperadamente divisas.
Las cotizaciones de la soja, la harina de soja y el aceite de soja han caído entre un 8% y un 11% en el Mercado de Chicago. En lo que va del año, las bajas acumuladas son del 27% para la soja y la harina, y del 35% para el aceite.
El informe de Estimaciones de Oferta y Demanda Agrícola Mundial (WASDE) agregó 6,9 millones de toneladas a las proyecciones globales de cosecha, llevando el total a 428,7 millones de toneladas. Para Estados Unidos, la producción de la campaña 2024/25 se estima en 124,9 millones de toneladas, un 11% más que en la campaña anterior. Este incremento global, que alcanzaría los 345 millones de toneladas de soja entre Argentina, Brasil y Estados Unidos, representa un aumento de 30 millones de toneladas respecto al ciclo anterior.
La situación es aún más desafiante para Argentina debido a la reducción de la siembra de maíz, afectada por la plaga de la chicharrita, lo que llevó a muchos productores a aumentar la siembra de soja, justo en un momento de caída de los precios. Además, los productores argentinos retienen actualmente unas 30 millones de toneladas de soja, lo que ha retrasado las liquidaciones en alrededor de 2.300 millones de dólares.
En los primeros siete meses de 2024, el complejo aceitero-cerealero argentino ha liquidado divisas por un total de 13.640 millones de dólares, una cifra que se podría haber incrementado de no ser por la retención de la soja en los campos del país.
