El fiscal Pablo Recchini ha solicitado la elevación a juicio oral de la directora de la clínica Cemeco, Andrea Isabel Torelli, y de cuatro médicos involucrados en la operación estética que resultó en la muerte de Rodolfo Christian Zárate el 16 de abril de 2021. La acusación se centra en el homicidio simple con dolo eventual. Además, se requiere que se juzgue a una instrumentadora quirúrgica por encubrimiento.
En este proceso, la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°1 ha pedido al juez Luis Schelgel del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°60 que lleve a juicio a Torelli, el cirujano plástico Daniel Enrique Zambrano García, el anestesiólogo Santiago Luis Olguín, el médico cirujano plástico Polansky Peláez Hoyos y la médica anátomo-patóloga Silvia Mabel Fernández, todos acusados como coautores del "homicidio simple con dolo eventual". La instrumentadora quirúrgica Florencia Marina Krzeczek enfrenta cargos de "encubrimiento agravado por ser el hecho precedente un delito especialmente grave" debido a que ocultó el teléfono de Lotocki durante la investigación.
El caso involucra a Aníbal Lotocki, quien ya había sido previamente acusado por la muerte de Zárate y la alteración de su historia clínica. Este tramo del juicio ha sido asignado al Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 17 de la Capital Federal, con la intervención de la Fiscalía General Nº30 bajo la dirección de María Luz Castany.
El incidente ocurrió el 16 de marzo de 2021 cuando Zárate, de 50 años, se sometió a una lipoescultura y dermolipectomía en la clínica Cemeco. La cirugía, programada inicialmente para el 9 de abril, se pospuso hasta el 15 de ese mes. Zárate, con antecedentes de COVID-19 y Diabetes Mellitus de grado II, fue sometido a un procedimiento extenso que incluyó la remoción de tejidos en múltiples áreas de su cuerpo.
El fiscal ha señalado que, durante la operación, Lotocki dejó el quirófano por aproximadamente 40 minutos, momento en el que Zambrano García, Olguín, Krzeczek y Peláez Hoyos continuaron la intervención. A las 17:30, Zárate fue llevado nuevamente al quirófano debido a problemas notados por la enfermera y la médica Fernández. La falta de documentación adecuada y la ausencia de registros de los eventos durante esta segunda intervención han sido criticadas por el fiscal.
El informe también destaca que la clínica Cemeco, carecía de una unidad de terapia intensiva adecuada y de capacidad para manejar complicaciones graves derivadas de la cirugía, lo cual, según la Fiscalía, contribuyó al deterioro de Zárate y su eventual muerte.
Se ha indicado que Torelli, como propietaria y coordinadora de la clínica, mantuvo la institución operativa sin cumplir con los requisitos legales necesarios, incluyendo la ausencia de un director médico y un convenio de derivación a centros de mayor complejidad. El fiscal subrayó que tanto Lotocki como el equipo médico permitieron y ejecutaron procedimientos sin las precauciones adecuadas, a pesar del alto riesgo que representaba la intervención.
El fiscal también ha remarcado que los médicos Olguín, Zambrano García y Peláez Hoyos eran conscientes del alto riesgo asociado con la operación, dado el estado de salud de Zárate. A pesar de esto, procedieron con la cirugía sin tomar las medidas preventivas necesarias.
Finalmente, se concluye que la falta de control médico, las irregularidades en el funcionamiento de la clínica y las acciones de encubrimiento contribuyeron significativamente a la muerte de Zárate, con un claro incumplimiento de las normas de seguridad y atención médica requeridas.