Lula Da Silva ya empezó los contactos para una negociación entre Nicolás Maduro y González Urrutia (Foto: AP)
En Venezuela, tras ocho días de incertidumbre después de las elecciones presidenciales del 28 de julio, el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha entregado las actas de escrutinio al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). La presidenta del TSJ, Caryslia Rodríguez, confirmó que se recibieron "todos los recaudos solicitados" y que comenzará un "proceso de peritaje del material consignado" que podría durar hasta 15 días, prorrogables si es necesario.
El TSJ también ha citado a los candidatos presidenciales, incluyendo al opositor Edmundo González y al presidente Nicolás Maduro, para que entreguen "todos los instrumentos electorales" en su posesión y respondan a las preguntas de la justicia. Esta medida llega en medio de acusaciones de fraude por parte de la oposición y varios países de la región.
En un contexto de alta tensión, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, instó a "un acuerdo político" para evitar un nuevo "éxodo" y una "guerra" en América. A su vez, la Unión Europea exigió el cese de la "campaña de intimidación judicial" contra los opositores, en respuesta a la apertura de una investigación penal contra dos líderes opositores.
El escenario político en Venezuela es incierto, con manifestaciones en las calles y un posible aumento de la represión. El presidente de Brasil, Lula Da Silva, ha iniciado contactos para mediar un diálogo entre Maduro y González Urrutia, aunque excluyendo a la líder opositora María Corina Machado, vetada por el chavismo.
Analistas políticos advierten sobre la dificultad de llegar a un acuerdo genuino. Jesús Seguías, presidente de la empresa de investigaciones Datincorp, señala que el gobierno buscará negociar sólo después de controlar las protestas para evitar parecer presionado. Por su parte, Andrés Cañizalez, académico de la Universidad Andrés Bello, es escéptico respecto a la disposición del chavismo para respetar cualquier acuerdo surgido de un diálogo.
La situación sigue siendo volátil, con muchos observadores internacionales atentos a los próximos pasos del TSJ y a la evolución de las protestas y la represión en Venezuela.
