El planteo de Matías Lequi no dio resultado. Con un equipo alternativo, Rosario Central cayó en un primer tiempo flojo ante Independiente, que aprovechó para marcar el único gol del partido a través de Kevin Lomónaco. A pesar de las mejoras en el complemento con el ingreso de Campaz y Solari, no fue suficiente para rescatar un punto.
En el duelo por la Liga Profesional, Matías Lequi, entrenador interino de Rosario Central, tomó una decisión arriesgada al enfrentar a Independiente con un once alternativo. Con la mente puesta en la revancha frente a Fortaleza por la Copa Sudamericana, Lequi priorizó dar descanso a sus titulares, pero el resultado no acompañó: Central cayó 1-0 en Avellaneda con un gol de Kevin Lomónaco.
Desde el arranque, el partido no se dio como lo planeado para el Canalla. El equipo se mostró desarticulado y falto de ideas, lo que permitió a Independiente adelantarse en el marcador. En una de las primeras llegadas del Rojo, un centro largo encontró a Oyola ganándole la posición a Ocampo, quien regresaba a la primera división después de un largo periodo de inactividad. Lomónaco aprovechó la situación y, con calma, definió ante el arquero Werner, estableciendo el 1-0. La elección de Ocampo como titular resultó controversial, ya que quedó evidente su falta de ritmo.
El gol no alteró el guion del encuentro. Independiente mantuvo su agresividad inicial, mientras Central seguía mostrando pasividad. Además, el equipo visitante tuvo que realizar un cambio obligado a los 31 minutos, cuando Módica chocó contra un cartel de publicidad, siendo reemplazado por Cervera, otro jugador que no había tenido mucho rodaje en primera.
Para la segunda mitad, Lequi introdujo modificaciones que trajeron algo de mejora. Los ingresos de Campaz y Solari por Lo Celso y Ocampo dieron al equipo un poco más de fluidez. Campaz mostró destellos de su mejor versión, mientras que Solari, la nueva incorporación, dejó ver su calidad con algunos buenos toques. Aun así, el Canalla siguió adoleciendo de lo mismo: la falta de generación de peligro real.
A medida que avanzaban los minutos, Independiente optó por resguardar su ventaja, cediendo terreno a Central, que tomó protagonismo y buscó el empate con más intensidad. Sin embargo, el equipo rosarino careció de la calma necesaria para concretar sus jugadas, mientras el Rojo defendía con solidez.
El paso por Avellaneda dejó un sabor amargo en Rosario Central, que sintió que el rival no había sido claramente superior y que quizás reaccionó demasiado tarde en su intento de cambiar el curso del partido. Ahora, la mirada de Lequi y su equipo está puesta en Brasil, donde se jugarán el todo o nada en la Sudamericana. El tiempo dirá si la decisión de preservar a los titulares fue la correcta.