En la localidad francesa de La Gran Motte, un ataque terrorista dirigido contra una sinagoga dejó como saldo a un policía municipal herido y dos vehículos incendiados, uno de los cuales explotó debido a una bomba de gas. Este acto se produjo a escasos metros de la sinagoga Beth Yacoov, donde se encontraban cinco personas, incluido el rabino, quienes resultaron ilesas.
Las autoridades francesas han catalogado el incidente como un atentado terrorista y están en la búsqueda del autor del ataque y sus posibles cómplices. La Fiscalía Nacional Antiterrorista (PNAT) ha asumido la investigación del caso, que se ha iniciado bajo los cargos de intento de asesinato, destrucción con medios peligrosos y asociación de malhechores, todos con motivaciones terroristas.
Durante el ataque, además de los vehículos incendiados, se registraron otros dos incendios en las puertas de entrada de la sinagoga. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, aseguró que se están tomando todas las medidas necesarias para encontrar al responsable de este acto y proteger los lugares de culto. Macron afirmó que "la lucha contra el antisemitismo es una lucha constante, la de una nación unida".
El primer ministro, Gabriel Attal, a través de un posteo en la red social X, confirmó que la Fiscalía Nacional Antiterrorista está liderando la investigación y que las fuerzas de seguridad están en plena búsqueda del sospechoso. Además, Attal ha ordenado "el refuerzo inmediato de la protección de los lugares de culto judío".
El ataque ha suscitado una oleada de condenas en toda la clase política francesa. El expresidente François Hollande subrayó que "cuando se ataca una sinagoga, el objetivo es toda Francia", y agregó que "el antisemitismo debe ser denunciado y combatido de forma unánime".
Este trágico evento ha vuelto a poner en el centro del debate la importancia de la lucha contra el antisemitismo y la necesidad de garantizar la seguridad en los lugares de culto en Francia.