La 48ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, celebrada en el predio de La Rural, cerró sus puertas con un total de 1.126.351 visitantes, marcando una disminución del 10% en comparación con el año anterior, según datos proporcionados por la Fundación El Libro.
En lo que respecta a las ventas, los números reflejan una realidad menos alentadora. Los editores reportan una caída del 30 al 50 por ciento en las ventas en comparación con el año anterior, evidenciando los desafíos económicos que enfrenta el sector editorial.
Tras ese inicio con fuertes críticas al ajuste, el presidente Javier Milei decidió al final no presentar su libro en la Feria del Libro y denunció “un intento de sabotear la presentación al estilo kirchnerista”.
La Feria estuvo marcada por tensiones políticas, especialmente con el presidente Javier Milei, lo que se reflejó en los discursos inaugurales del presidente de la Fundación El Libro, Alejandro Vaccaro, y de la reconocida escritora Liliana Heker, quienes criticaron el impacto del ajuste en la cultura.
A pesar de las dificultades, la Feria contó con una destacada participación de 328 stands y 672 expositores, tanto locales como internacionales, representando a 1.620 sellos editoriales. La exposición se dividió en 9 pabellones temáticos y ofreció 12 salas para eventos y 10 auditorios semiabiertos, abarcando una amplia gama de actividades literarias y culturales.
Entre los participantes internacionales destacaron 11 países, mientras que 10 provincias argentinas y 2 ciudades tuvieron su propio espacio en el evento, demostrando la diversidad y la riqueza cultural presentes en la Feria del Libro de Buenos Aires.
Además, la Feria sirvió como plataforma para el lanzamiento del Nuevo Barrio Editorial, que contó con la participación de 12 editoriales, destacando el compromiso del evento con la promoción de la literatura y la diversidad editorial.
Para hacer frente a la crisis económica y no resignar visitas, la organización implementó una estrategia de precios accesibles, con una entrada de $3.500 durante la semana y $5.000 los sábados y domingos. Además, con el apoyo económico del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se habilitó la entrada gratuita los días de semana de 20 a 22, buscando fomentar la participación y el acceso a la cultura en tiempos difíciles.