En medio de la conmoción por el ataque a balazos a un taxi en el barrio Abasto de Rosario, se revelan nuevas y preocupantes informaciones que ponen de manifiesto una serie de fallas en el sistema de transporte público y en los mecanismos de control municipal.
El taxi Chevrolet Corsa involucrado en el incidente, identificado con la placa RA 0452, había sido inhabilitado y estaba fuera de servicio desde el pasado lunes 22 de abril, según confirmaron fuentes de la Municipalidad de Rosario. Este hecho plantea serias interrogantes sobre cómo un vehículo en tal estado de inoperatividad pudo estar circulando y prestando servicio oficial una semana después de su inhabilitación.
Las autoridades municipales, en colaboración con la fiscalía y el Ministerio de Seguridad, están llevando a cabo una investigación exhaustiva que incluye el análisis de los registros de seguimiento GPS del taxi, así como la revisión de los datos de los titulares y los conductores involucrados en el vehículo. Este esfuerzo conjunto busca arrojar luz sobre las circunstancias que permitieron que el taxi baleado estuviera en la calle, poniendo en riesgo la seguridad de sus pasajeros y de la comunidad en general.
El ataque ocurrió cerca de las 19:30 en la intersección de las calles Ituzaingo y Entre Ríos, cuando una moto con dos ocupantes persiguió al taxi antes de abrir fuego, dejando a tres personas heridas, una de ellas en estado grave. Los heridos fueron trasladados a hospitales locales, donde se encuentran recibiendo tratamiento médico.
Este suceso destaca la urgencia de abordar las deficiencias en el control y la regulación del transporte público en Rosario, así como la necesidad de medidas efectivas para prevenir la violencia en las calles de la ciudad. La comunidad espera respuestas claras y acciones concretas por parte de las autoridades para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos.