El Partido Justicialista (PJ) realizó este viernes en el microestadio de Ferrocarril Oeste, en el barrio porteño de Caballito, su congreso nacional, en el que se aprobó la licencia del ex presidente Alberto Fernández como titular de la fuerza, en tanto que se resolvió crear una mesa de acción política que funcionará como conducción transitoria en una reorganización que contempla salir a buscar a figuras que ahora están alejadas del tronco principal partidario y oponer, desde la unidad con diversidad, un proyecto distinto y superador, y en muchas aristas opuesto, al del gobierno de Javier Milei.
Un total de 466 congresales del PJ presentes dieron el quórum necesario en el segundo llamado para el inicio de la sesión ordinaria del congreso nacional. En la previa se consideraba posible que este viernes se pusiera fecha para el llamado a las elecciones internas, y aunque la voluntad declamada es que el tema esté resuelto antes de fin de año, no se avanzó más. En cambio, se decidió la conformación de la Mesa de Acción Política para el Modelo Argentino, cuya integración quedó a cargo de las autoridades del consejo nacional del PJ, con el objetivo de lanzar “una convocatoria amplia a todos los sectores y a todos aquellos y aquellas que se sienten parte del movimiento nacional y popular, para iniciar un proceso de recuperación basado en la producción, el trabajo, la solidaridad y el reparto equitativo de la riqueza, enmarcado dentro de la justicia social”.
La sesión contó con la presencia del presidente del congreso y gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, y dirigentes del espacio como sus pares de Buenos Aires, Axel Kicillof; de La Rioja, Ricardo Quintela, y de Catamarca, Raúl Jalil, y los senadores Lucía Corpacci, Juan Manzur, Eduardo de Pedro y José Emilio Neder.
Entre las metas a corto plazo figuran cerrar filas y evitar grietas generadas por las negociaciones que los gobernadores llevan adelante con el gobierno del presidente Javier Milei. Es lo que ocurrió con el gobernador tucumano Osvaldo Jaldo, que en el tratamiento de la ley ómnibus salió del bloque de gobernadores peronistas y aliados, y tres diputados que le responden dejaron la bancada de Unión por la Patria. A la postre la movida le resultó fallida, ya que la oposición logró forzar la caída del proyecto completo en Diputados. Pero dejó abierta una nueva herida interna, que aún no cerró.
Por lo pronto, hilvanar intereses entre movimientos sociales, que expresan a uno de los sectores más castigados por el gobierno de La Libertad Avanza, con sectores sindicales, legisladores de los tres niveles del Estado, intendentes y gobernadores suena a una tarea de alta costura política; pero hacerlos confluir en acciones políticas y en liderazgos parece más complejo todavía. Y las pasadas elecciones dejaron, además, a muchos “sin tierra”, caudillos partidarios que perdieron sus provincias.
El cónclave sin embargo, pudo avanzar en algunas líneas de dirección. Se acordó un documento final y cinco puntos de acción. Se convocó a marchar en cada territorio en el nuevo aniversario del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. Y se anticipó que en diez o quince días se puede reunir el consejo nacional partidario, la mesa chica del PJ, para conformar la mesa de acción política y salir a buscar a peronistas que están afuera y a distancia, como el cordobesista Martín Llaryora, el rionegrino Miguel Pichetto, y el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno.
Después vendrá la definición de la conducción definitiva, las bases programáticas y la convocatoria a otros partidos políticos de Unión por la Patria, con miras a las próximas elecciones legislativas de 2025, fijadas como prioridad para recuperar terreno frente al gobierno de Milei.
Tras el encuentro, el PJ emitió un documento, en el que planteó que el partido afronta “una doble obligación”, que es “tener un cuadro de situación adecuado” para definir dónde hacer pie. “Y empezar a delinear un proyecto de hacia dónde queremos ir, porque sin ese norte claro ningún viento nos será favorable”.
“El pueblo argentino mira, naturalmente, hacia el peronismo porque sabe que allí reside una larga experiencia de luchas históricas, así como una reserva de futuro que puede y debe ser puesta al servicio de la Nación”, consideraron los congresales en el documento final.
También apuntaron que el gobierno de La Libertad Avanza debe ser resistido: “Desde el día en que asumió, ha desatado una batería de medidas brutales que golpean sin piedad a la mayoría de nuestro Pueblo. Muchas de estas políticas son conocidas, repiten el guion escrito precisamente por los ideólogos de la última dictadura cívico-militar que nos han llevado a reiterados fracasos. Sin embargo, nunca se habían intentado aplicar todas juntas y en tan corto lapso”, remarcaron.
“Aboquémosnos a recuperar un auténtico federalismo de concertación, única forma de superar este presente de disolución y castigo a nuestras provincias. Argentina no es un país pobre, sino empobrecido a designio. Para superar esta rémora es imprescindible recuperar y potenciar adecuadamente nuestro sistema científico-tecnológico. Promoción de un desarrollo con justicia social y una adecuada distribución de la riqueza”, plantearon además.
“El peronismo no nació para ser testigo o comentarista de la decadencia del país, sino para superarla y volver a encarrilarlo en un destino de grandeza”, marcó el documento, que así se apropió de una palabra que suele esgrimir Milei, y le contrapuso los avances sociales que dieron origen y sustento al movimiento.
Con todo, llegar al final del cónclave no fue flotar sobre aguas mansas. Hubo cruces y tensión, pero todo se fue encarrilando alrededor de figuras como Insfrán; Álvarez Rodríguez, vice primera del PJ y sobrina nieta de Evita; y Kicillof y Quintela, entre otros, convalidando las propuestas como los cinco puntos. La reunión, además, aprobó extender por un año más la intervención al PJ de Jujuy.
Los cinco puntos de consenso en el Congreso del PJ
1. Es necesario prepararnos para recuperar la conducción del Estado nacional, fortaleciendo nuestros bloques parlamentarios en las elecciones de medio término del año próximo, y triunfar en las siguientes elecciones provinciales y nacionales. Esto porque resulta indispensable frenar este antiproyecto de Nación del cual nada puede esperar el pueblo argentino a no ser mayor pobreza y pérdida de soberanía. El Peronismo no nació para ser testigo o comentarista de la decadencia creciente del país, sino para superarla y volver a encarrilarlo en un destino de grandeza. Tenemos sobrados recursos humanos y naturales para que esto ocurra. Hay que poner ya manos a esa obra, porque nadie lo hará por nosotros.
2. Aboquémosnos a recuperar un auténtico federalismo de concertación, única forma de superar este presente de disolución y castigo a nuestras provincias en que el actual gobierno las tiene sumidas. Lejos de apoyar su progreso y desarrollo las extorsiona y humilla según sus caprichos y deseos de poder centralista, engaña prometiendo incluso recursos y obras que luego posterga o directamente ignora. El superávit fiscal a cualquier costo y el pago prioritario de la deuda externa, aún por sobre la sed, el hambre y el sacrificio de nuestro pueblo, es de hecho su principal acción de gobierno. El resto es de una notoria incapacidad e inexperiencia en el manejo básico de la administración pública. Por lo demás, esa enorme deuda externa (la más grande que haya otorgado el FMI en los últimos tiempos) fue contraída (y fugada) por el gobierno de quien es hoy su principal socio político y ha colonizado ya puestos claves en el actual gabinete nacional para garantizar su impunidad.
3. Argentina no es un país pobre, sino empobrecido a designio. Para superar esta rémora es imprescindible recuperar y potenciar adecuadamente nuestro sistema científico-tecnológico para que podamos aplicarlo a la explotación racional y beneficiosa de nuestros enormes recursos naturales. Serán estos los que –unidos a un creciente desarrollo industrial– saquen a la Nación de este atolladero. Cambiando el sacrificio por el esfuerzo y la improvisación por inteligencia estratégica y la adecuada planificación, en pocos años veremos como nuestro país sale de la crisis en que se encuentra. Pioneramente señalaba Perón al asumir su tercera presidencia que “En lo científico tecnológico se reconoce el núcleo del problema de la liberación. Sin base tecnológica propia y suficiente se hace imposible”. Agregando que “la lucha por la liberación nacional es, en gran medida, también lucha por los recursos y la preservación ecológica y a ella debemos abocarnos”. Tenemos un solo planeta Tierra y debemos protegerlo como a nuestra propia vida. El capitalismo de mercado sin control estatal alguno es tan pernicioso como su opuesto, el capitalismo de Estado. Y ni que decir de los peligros de este “anarco-liberalismo” al que confusamente se refiere el actual gobierno, munido de motosierras y un pensamiento único que maniqueamente pretende imponernos. En este camino lo que nos espera es exactamente lo opuesto: la dependencia de los poderes de turno y el sometimiento del país a los poderes financieros externos globalizados.
4. Es indispensable la rápida promoción de un desarrollo con justicia social y una adecuada distribución de la riqueza. Ambos procesos deben ser simultáneos ya que la concentración de la riqueza en unas pocas manos, para un supuesto derrame posterior, es una ilusión en la que no se puede caer. Caro pagan esta ilusión todas las clases y sectores sociales.
5. Por último exhortamos a nuestra dirigencia, a las instituciones libres del pueblo, al movimiento obrero organizado, a los partidos políticos y a los movimientos sociales que integran el campo nacional y popular, a hacer el esfuerzo necesario para concretar el anhelo de hacer realidad la felicidad del pueblo.