Ucrania y Rusia anunciaron este miércoles el intercambio de más de 400 prisioneros de guerra, el primero desde el incidente de la caída de un avión ruso que supuestamente transportaba rehenes ucranianos y habría sido derribado por Kiev, y el número 50 desde la invasión rusa en febrero de 2022.
“Los nuestros están en casa”, escribió el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski en las redes sociales, y prometió llevar de vuelta a todos los prisioneros, “combatientes o civiles”.
El mandatario confirmó el regreso de 207 ucranianos que estaban detenidos por los rusos, y añadió que casi la mitad de los retornados eran “defensores de Mariupol”, una ciudad del sur de Ucrania.
Según el comisionado para los Derechos Humanos de Ucrania, Dmytro Lubinets, se produjeron 50 canjes de prisioneros y 3.035 ucranianos pudieron regresar a su país desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala hace casi dos años.
“Haremos todo lo posible por devolver a todos y cada uno de ellos, no nos hemos olvidado de nadie, estamos buscando todos y cada uno de los nombres”, insistió Zelenski, según la televisora de noticias CNN En Español.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia afirmó que 195 soldados rusos fueron canjeados por el mismo número de militares ucranianos.
Bajo la misma línea, el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que Moscú quiere “repatriar” a todos sus prisioneros en manos ucranianas.
“No detendremos los canjes, tenemos que traer de vuelta a nuestros hombres”, exclamó, según la agencia de noticias AFP.
A principios de mes, Ucrania y Rusia anunciaron el canje de más de 400 prisioneros de guerra, el primero realizado desde hacía meses, y gracias al papel de mediador ejercido por Emiratos Árabes Unidos, socio importante de Moscú en varias cuestiones humanitarias, económicas y energéticas.
Durante meses, el Gobierno ucraniano acusaba a Moscú de socavar las negociaciones para intercambiar prisioneros.
En junio pasado, Ucrania y Rusia concretaron un acuerdo para la entrega de 94 soldados rusos detenidos por Kiev y 95 militares ucranianos que estaban en prisiones rusas.
Los militares rusos estaban cautivos y en peligro, había reportado el Ministerio de Defensa ruso.
Asimismo, autoridades ucranianas habían destacado que muchos de los militares liberados en ese entonces tenían lesiones, algunas de ellas graves.
Este último intercambio se produjo luego de que la semana pasada, un avión militar ruso se estrellara cerca de la frontera con Ucrania -en circunstancias todavía sin aclarar- y murieran todos sus ocupantes.
Putin argumentó que el ejército ucraniano derribó el miércoles pasado un avión Il-76 utilizando un misil Patriot estadounidense.
Ucrania suele utilizar este sistema de defensa antiaérea, que obtuvo de Estados Unidos, para interceptar misiles rusos, en particular los denominados “hipersónicos”.
Bajo ese escenario, Rusia sotuvo que Ucrania derribó el avión, que transportaba a 74 personas, incluidos 65 prisioneros de guerra ucranianos que iban a ser canjeados.
Kiev no confirmó ni desmintió el derribo del avión, pero algunos funcionarios pusieron en duda que transportara prisioneros de guerra ucranianos.
En tanto, el Ministerio ruso de Defensa afirmó este miércoles que destruyó 20 misiles lanzados por Ucrania sobre el mar Negro y en Crimea.
La defensa aérea “destruyó 17 misiles ucranianos sobre las aguas del mar Negro y tres más sobre la península de Crimea”, indicó el ministerio en Telegram.
Además cayeron “escombros” en una “unidad militar” en Lyubimovka, cerca de la ciudad de Sebastopol.
Crimea, anexada por Rusia tras un referéndum en 2014, es uno de los principales objetivos de Ucrania por la importancia logística que tiene para las fuerzas armadas rusas y es un blanco regular de ataques con misiles o drones desde la invasión rusa en Ucrania en febrero de 2022.
El gobernador de Sebastopol, Mijaíl Razvozháyev, afirmó que el ejército ruso había “repelido un ataque masivo” en su ciudad y afirmó que los escombros de los misiles derribados habían causado daños “menores” en una docena de edificios de la localidad, sin causar heridos.
Por su parte, las Fuerzas Armadas de Ucrania confirmaron el ataque aéreo contra la base militar rusa.
El comandante de la Fuerza Aérea ucraniana, el teniente general Mikola Oleschuk, indicó que el aeródromo de Belbek es la base habitual de la Brigada 204 de Aviación Táctica de Sebastopol, que sin embargo no puede hacer uso de las instalaciones por estar bajo dominio ruso.
“Los aviadores ucranianos definitivamente regresarán a su aeródromo natal”, recalcó, según la agencia Europa Press.
Luego el teniente general Oleschuk, lanzó un mensaje de agradecimiento a todos los militares que colaboran en la “limpieza de Crimea de la presencia rusa”.