Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de China, Xi Jinping, reforzaron sus lazos bilaterales durante un llamado telefónico con motivo del Año Nuevo chino. Ambos líderes destacaron la resistencia conjunta de sus países a través de diversas pruebas en el pasado y señalaron el potencial para nuevas oportunidades de desarrollo en el futuro.
Xi Jinping subrayó el compromiso de China de trabajar con Rusia para promover un sistema de gobernanza global más justo y equitativo, así como para fortalecer la coordinación multilateral internacional. Destacó la importancia de practicar un auténtico multilateralismo y defender un mundo multipolar, contribuyendo así a la construcción de una comunidad global compartida.
Por su parte, Vladimir Putin reafirmó el compromiso de Rusia con el principio de una sola China y expresó su oposición a cualquier acción provocativa relacionada con la cuestión de Taiwán. Ambos líderes también denunciaron la política de "injerencia" de Estados Unidos en los asuntos internos de otros Estados, acusando a Washington de intentar contener a sus respectivos países.
Esta conversación telefónica refleja la voluntad de China y Rusia de defender su soberanía, seguridad e intereses de desarrollo, así como de resistir las presiones externas en sus asuntos internos. Además, evidencia la estrecha colaboración estratégica entre ambas potencias en un momento en que buscan reducir la influencia dominante de Estados Unidos a nivel internacional.
