En un intento por suavizar las crecientes tensiones diplomáticas, la canciller argentina, Diana Mondino, recibió al embajador chino Wang We en una reunión crucial que busca desescalar la situación generada por gestos del gobierno argentino con respecto a Taiwán.
La tensión alcanzó su punto álgido después de que se conociera un mensaje crítico de la Embajada de China.
Según información exclusiva de La Política Online, Mondino también se reunió previamente con la representante de la oficina comercial de Taiwán, Miao-hung Hsie, levantando especulaciones sobre un supuesto aporte financiero a la campaña electoral de Milei.
Estos eventos podrían tener consecuencias drásticas, incluido el congelamiento del swap financiero planeado para pagar vencimientos de deuda con el FMI y crisis en las exportaciones de carne y soja.
En la reunión con el embajador chino, ambas partes desestimaron las recientes versiones de prensa infundadas y reafirmaron los lazos de amistad, destacando la importancia del intercambio comercial entre ambos países. En el comunicado oficial, se señaló que China es el segundo socio comercial argentino, el segundo destino de exportaciones y el primer origen de importaciones.
El encuentro logró, en parte, su objetivo al confirmarse que el gobierno argentino aceptó el financiamiento chino a la infraestructura a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta auspiciada por China, que involucra a más de 140 países. Mondino afirmó que estos mecanismos de cooperación financiera son beneficiosos para Argentina, siempre que los proyectos financiados sirvan a su interés nacional.
A pesar de la aparente distensión, fuentes diplomáticas cercanas a la situación indicaron que la molestia china persiste, ya que consideran el conflicto como insólito, centrando sus intereses más en la estrategia que en la política.
La fuente advierte sobre posibles consecuencias económicas, indicando que China podría pasar factura en otros ámbitos, como la influencia dentro del FMI. "Nos van a pasar factura por otro lado", sostiene la fuente, sugiriendo que podrían negociar el swap como garantía de provisión de alimentos, despolitizar al máximo la relación y esperar el momento adecuado para cobrar esa factura.
La diplomacia argentina se enfrenta a un delicado equilibrio para preservar las relaciones comerciales vitales, especialmente en el ámbito alimentario, mientras intenta desentrañar las complejidades geopolíticas que rodean esta disputa sin sentido.
