El proyecto Q-Star de OpenAI, una inteligencia artificial general, genera preocupaciones entre los empleados por su posible lanzamiento sin evaluar sus implicaciones.
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| Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI. |
Según una carta enviada a la junta directiva por parte de los empleados, Altman planeaba lanzar Q-Star al mercado sin una evaluación detenida de sus posibles consecuencias. Este proyecto, centrado en el desarrollo de una inteligencia artificial general (AGI), es el siguiente paso en la evolución tecnológica de OpenAI, superando al actual modelo ChatGPT basado en GPT-4.
Q-Star se diferencia de GPT-4 en su capacidad para resolver problemas matemáticos, marcando un avance significativo. Mientras ChatGPT se centra en tareas como escritura, generación de contenido y traducciones, Q-Star se destaca por su habilidad en el ámbito matemático.
Según rumores recientes, Q-Star se basa en dos tipos de algoritmos: Q-learning, encargado del aprendizaje por refuerzo o a través del método de prueba y error, y A*, que mejora la eficiencia en la búsqueda de soluciones anticipando posibles obstáculos.
El hecho de que Q-Star pueda abordar problemas matemáticos, aunque de baja dificultad por el momento, plantea preocupaciones entre los empleados. La carta interna a la que Reuters tuvo acceso revela inquietudes sobre si estas IA avanzadas podrían tomar decisiones que pongan en peligro a la humanidad.
La controversia ha intensificado los debates sobre la seguridad de la inteligencia artificial y las decisiones de lanzar productos al mercado sin garantizar que no representen un peligro para la sociedad. En medio de estos debates, la comunidad sigue atenta a los desarrollos de Q-Star y su potencial impacto en el futuro de la tecnología.
Por Marcos Guido Di Nella.
