El Grupo Grassi, el primero en alcanzar la mayoría de acreedores requerida para su plan de salvataje de Vicentin, salió a contestar las impugnaciones presentadas por sus competidores, Louis Dreyfus Company (LDC) y Molinos Agro. La corredora rosarina calificó a las objeciones de "extemporáneas" y las atribuyó a una estrategia para forzar la quiebra de la cerealera y desbaratar su propuesta.
La firma de la familia Grassi solicitó al juez Fabián Lorenzini, a cargo del concurso, que homologue de manera urgente el acuerdo concursal. Argumentan que la dilación solo beneficia a lo que denominan un "cuasi consorcio competidor" y pone en riesgo la continuidad de la empresa concursada, abriendo la puerta a la quiebra.
Grassi defiende la contundencia de las mayorías obtenidas
Los abogados de Grassi desacreditaron los planteos de sus rivales, que cuestionan el cómputo de los votos y la supuesta naturaleza abusiva de su propuesta de salvataje. La defensa destaca que su oferta fue la primera en lograr el aval de los acreedores, asegurando la mayoría de capitales y de personas exigidas por la Ley de Concursos y Quiebras (LCQ).
La compañía resaltó el apoyo conseguido: "El resultado de la negociación llevada adelante por Grassi fue contundente y abrumador: la propuesta de mi poderdante obtuvo la adhesión de 1141 acreedores sobre 1.708 computables (66% de capitas) que representan $85.362.603.160,46, equivalente al 84,9998% del capital computable".
Acusan a los competidores de buscar la quiebra de Vicentin
El documento legal presentado por Guillermo Casanova, apoderado de Grassi, enfatiza que la propuesta "no ha viciado la voluntad de ningún acreedor, no es abusiva". Además, sostiene que las pretensiones esgrimidas por el "cuasi consorcio" buscan crear mayorías de manera "ficticia y forzada" para ganar una pulseada que perdieron en la negociación directa.
Grassi sostiene que a esta altura del proceso solo quedan dos caminos: "debe resolverse la homologación de la propuesta Grassi o la quiebra de la concursada". Apuntan directamente a que el único fin de la impugnación de los "cramdistas perdidosos" es la declaración de quiebra de Vicentin para luego intentar imponerse.
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Críticas a la estrategia de impugnación y falta de transparencia
La firma rosarina critica que el consorcio competidor haya "centrado sus esfuerzos en que los acreedores revoquen las conformidades dadas a la propuesta de Grassi SA, en lugar de convencer de las bondades de la suya". Por eso consideran "extemporáneas" las exclusiones de votos pretendidas (como las de Commodities SA, Avir South SARL y Vicentin Paraguay SA).
Grassi subraya su transparencia, indicando que su plan de pago y el menú de bonificaciones fueron diseñados para ser "simple y auditable" por cualquier acreedor. En contraposición, señalan que los planteos de los rivales no evidencian una "discrepancia técnica honesta", sino un intento de desfigurar la realidad económica del mercado de soja.
Por último, Grassi argumenta que su plan ofrece un trato equitativo y un compromiso de inversión que garantiza la continuidad y el futuro de la actividad empresarial de la concursada, una de las principales preocupaciones en la provincia de Santa Fe.



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