La FIFA oficializó este martes un cambio de rumbo en su política de venta de entradas para el Mundial 2026. Luego de recibir duras críticas por parte de federaciones y grupos de aficionados debido a los elevados costos, el organismo decidió implementar un cupo de tickets a precios reducidos, que partirán desde los 60 dólares para todos los partidos, incluso la final.
El nuevo plan de la FIFA para los hinchas fieles
El sistema funcionará a través de las federaciones nacionales de los países clasificados. La FIFA entregará estos tickets de bajo costo a cada asociación, y estas tendrán la potestad de decidir cómo distribuirlos. El objetivo es premiar a los seguidores que hayan asistido a los partidos de sus selecciones en las eliminatorias y torneos previos.
Esta medida busca mitigar el impacto de los precios originales. Hasta hace apenas unos días, se estimaba que un aficionado que quisiera seguir a su equipo desde el debut hasta una eventual final debía desembolsar una cifra superior a los 7.000 dólares solo en tickets, un costo inalcanzable para la gran mayoría de los hinchas.
Indignación global por los "precios exorbitantes"
La reacción de los fanáticos no se hizo esperar tras el sorteo del pasado 5 de diciembre. La organización Football Supporters Europe (FSE) fue una de las más tajantes al calificar los valores de "exorbitantes". En la misma línea, pidieron frenar las ventas hasta encontrar una solución que respete la "importancia cultural de la Copa del Mundo".
"Se deben encontrar soluciones que respeten la tradición y la universalidad del fútbol", señalaron desde los organismos de defensa al consumidor deportivo en Europa. La polémica creció cuando se supo que la entrada más barata para la final se comercializaba inicialmente a 4.185 dólares, una cifra que ahora bajará drásticamente para el cupo de fidelidad.
Comparativa de precios y el impacto de la tarifa dinámica
Antes de este anuncio, los precios para la fase de grupos en sedes de Estados Unidos, México y Canadá oscilaban entre los 180 y 700 dólares, según datos filtrados por la Federación Alemana. La implementación de la "tarifa dinámica" —donde el precio sube según la demanda— y el control de la reventa por parte de FIFA fueron los puntos de mayor conflicto.
Con más de 20 millones de solicitudes ya registradas, la presión social obligó a la entidad a recalibrar su estrategia. El nuevo esquema de 60 dólares por partido representa un alivio significativo frente a los 120 o 265 dólares que se pedían como base mínima la semana pasada para encuentros que no involucraban a los países anfitriones.
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