La administración de Donald Trump ha dado un giro estratégico en su pulso contra el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, pasando de las demostraciones de fuerza naval a un golpe financiero directo. La incautación de un buque petrolero frente a las costas venezolanas esta semana busca asfixiar la "flota oscura" que utiliza el chavismo para sortear las sanciones internacionales y financiar su permanencia en el poder.
Este movimiento marca una escalada en la presión económica y se suma a la reciente autorización judicial en Estados Unidos para la venta de Citgo, la filial de la petrolera estatal PDVSA, en beneficio de sus acreedores.
El Objetivo: Desmantelar la "Flota Oscura" de Maduro
El foco de la nueva ofensiva de Washington está en el entramado de buques "fantasma" que el madurismo emplea para exportar crudo a destinos como Rusia, China o Irán, eludiendo las restricciones impuestas por Estados Unidos.
Este mecanismo, que opera con falsas banderas y empresas intermediarias de oscuro origen, es la "gallina de los huevos de oro" de una economía completamente dependiente del petróleo. Venezuela, que posee las reservas de crudo más grandes del mundo, exportó más de 900.000 barriles por día el mes pasado, aunque sigue lejos de los 3 millones de barriles diarios de principios de siglo.
La incautación del buque petrolero "The Skipper" por parte de EEUU fue un golpe clave. Según fuentes militares, el buque había sido sancionado en 2022 por su presunta vinculación con una red de contrabando que financiaba al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iraní y al movimiento chiíta libanés Hezbolláh. Incluso navegaba bajo una falsa bandera de Guyana para ocultar su procedencia.
El Impacto Millonario y las Consecuencias en el Precio del Crudo
El "The Skipper" transportaba 1,8 millones de barriles de crudo pesado. Aunque unos 200.000 barriles fueron transferidos antes de la incautación, el valor de la carga restante, a un precio de barril de unos 61 dólares, rondaba los U$S 100 millones.
Este tipo de operativos impacta directamente en el complejo negocio petrolero del chavismo, aunque su magnitud total sea difícil de estimar debido a la falta de transparencia. "Esto le pega a la flota oscura que utiliza la dictadura para obtener recursos," señaló a TN un economista venezolano que prefirió el anonimato. "Buena parte de esos recursos se pierden en corrupción y para pagar lealtades militares."
El uso de esta flota clandestina tiene un costo operativo altísimo para el régimen, ya que los importadores, por temor a las sanciones, exigen fuertes descuentos en el precio final. Estas "rebajas" oscilan entre los 10 y 15 dólares por barril, sobre un valor total de 61 dólares, generando pérdidas anuales estimadas en unos U$S 1500 millones.
La Paradoja de Chevron y la Narrativa del "Bloqueo"
A pesar de la estrategia de asfixia, la administración Trump mantiene la licencia de la petrolera Chevron, permitiéndole continuar sus operaciones en Venezuela. Esta excepción, renovada por Joe Biden en 2022, se basa en intereses económicos y en la protección de activos estadounidenses con más de un siglo en el país caribeño. Es una "paradoja" que ilustra la complejidad de las sanciones.
Trabajadores de la empresa petrolera estatal PDVSA (Foto: REUTERS/Carlos Garcia Rawlins)No obstante, la escalada de Trump, que inicialmente se presentó como una operación antinarcóticos y que ahora intercepta buques petroleros, refuerza el discurso oficialista. El dirigente opositor Jesús "Chuo" Torrealba advirtió que la medida podría ser contraproducente.
"La escalada de Trump insiste en darle la razón a la narrativa madurista. Maduro tiene mucho tiempo copiando el discurso cubano y hablando de un supuesto bloqueo... pero cuando este operativo... termina interceptando buques petroleros, entonces da pie a la narrativa del supuesto bloqueo," concluyó Torrealba.
La incautación agravará aún más esta situación, ya que "va a incrementar las primas de seguros y la demanda de los clientes por los descuentos", según el exsecretario general de la MUD.
Con esta nueva táctica, la Casa Blanca busca acorralar militar, diplomática y económicamente a Maduro, golpeando el negocio del petróleo que, a pesar de la corrupción y el colapso productivo, sigue generando ingresos de entre 15 mil y 17 mil millones de dólares anuales, vitales para la supervivencia del régimen chavista.



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