El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, manifestó públicamente sus dudas respecto a la adquisición de Warner Bros Discovery por parte de Netflix. La operación, valuada en 83.000 millones de dólares, encendió las alarmas de la Casa Blanca debido al dominio que la plataforma ya ostenta en el mercado del entretenimiento global.
Un ojo puesto en el monopolio del entretenimiento
Durante sus últimas declaraciones, el mandatario republicano advirtió que la magnitud de este acuerdo comercial amerita una revisión exhaustiva por parte de los organismos reguladores. Trump señaló que el gigante del streaming ya posee una posición dominante y que esta fusión podría profundizar el desequilibrio en la competencia.
"Netflix ya tiene una gran porción del mercado; esta compra podría ser un problema", sentenció el presidente, sugiriendo que su administración no será una espectadora pasiva en la evaluación del acuerdo. La postura de Trump se alinea con una creciente preocupación sobre la concentración de poder en los sectores tecnológicos y mediáticos.
A pesar de las críticas, el jefe de Estado destacó la figura de Ted Sarandos, codirector general de Netflix, quien mantuvo reuniones recientes con él. "Ha realizado uno de los mejores trabajos en la historia del cine", reconoció Trump, separando la gestión empresarial de Sarandos de los riesgos de mercado que implica el avance de la compañía sobre Warner.
La reconfiguración de Hollywood y el streaming
Si la transacción recibe el visto bueno de las autoridades antimonopolio, Netflix se convertiría en dueña de un catálogo histórico. Esto incluye franquicias de peso mundial como Harry Potter, El señor de los anillos, el universo de superhéroes de DC Studios y la exitosa serie Juego de tronos.
Esta adquisición representa el movimiento más agresivo en la industria audiovisual desde que Disney compró Fox en 2019. Sin embargo, el acuerdo tiene matices: Warner Bros Discovery planea escindir canales de cable como CNN y Discovery antes de concretar el cierre, enfocando la venta exclusivamente en la producción de contenido y streaming.
Incertidumbre en el mercado audiovisual
La intervención de Trump añade una capa de incertidumbre a una industria que ya enfrenta desafíos estructurales. Los reguladores federales deberán determinar si la suma de estas dos potencias afecta a los consumidores o limita el acceso de competidores más pequeños al ecosistema digital.
El mercado observa con cautela cómo impactará esta consolidación en la oferta de suscripciones y en la diversidad de contenidos. Por ahora, el destino de la mayor transacción de la década en Hollywood queda sujeto a las tensiones políticas y a la rigurosidad de las leyes de competencia en Washington.


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