Centro Asturiano volvió a demostrar por qué es el máximo referente del handball femenino en Rosario. En una temporada marcada por la solvencia colectiva y un recambio generacional exitoso, el conjunto de calle Fisherton se quedó con el Torneo Apertura, el Clausura y la tabla anual, consolidando una supremacía que trasciende los resultados y se apoya en un proyecto deportivo de largo aliento.
Un camino de resiliencia en el Apertura
La temporada no comenzó de forma sencilla para las dirigidas por Carlos Sobral. El debut en el Apertura dejó dudas tras una ajustada derrota ante Newell’s (22-23) y un empate posterior frente a Social Zona Sud. Sin embargo, lo que parecía un inicio irregular se transformó en el combustible necesario para una racha imparable de siete victorias consecutivas.
Tras superar a Sagrado Corazón en las semifinales por un contundente 35-23, el destino les dio revancha en la final: volvieron a verse las caras con la "Lepra". En el partido decisivo, Asturiano no dejó margen para la sorpresa y se impuso por 33-20, alzando la primera copa del año y marcando el ritmo de lo que vendría.
El Clausura: un monólogo invicto hacia el título
Si el primer semestre fue bueno, el segundo fue arrollador. En el Torneo Clausura, el equipo no conoció la derrota. El debut ante Social Zona Sud (45-23) fue el prólogo de una campaña perfecta donde despacharon a rivales directos como Club del Gran Rosario, Nueva Aurora y, nuevamente, a sus clásicos perseguidores.
La final ante Nueva Aurora (37-28) selló una estadística envidiable: 16 victorias en todo el año y solo dos caídas. “Es un grupo espectacular, me dan mucho orgullo”, afirmó el entrenador Sobral, quien destacó la importancia de mantener una base sólida integrada por jugadoras como Micaela Chimenton, Antonela Peralta, Tamara Almada, Mariana Gallardo y Melani Romero.
“Este éxito se debe básicamente a la continuidad de trabajo en la base de un mismo equipo al que se le suman nuevas jugadoras”, analizó el DT en diálogo con la prensa.
El sueño nacional: el próximo gran desafío
La consagración local no es solo un trofeo para las vitrinas, sino la llave para la competencia de elite. Al coronarse campeonas de la temporada 2025, las asturianas obtuvieron la plaza para disputar el Nacional de Clubes B, un certamen que reúne a los mejores exponentes del país y que eleva la vara competitiva.
Micaela Chimenton, referente del plantel, subrayó el valor de esta clasificación: “Donde más nos nutrimos es con las experiencias en los nacionales, teniendo roce con equipos superiores y gente que juega en la selección argentina”. Para la jugadora, el título es el “reconocimiento de toda la entrega que hacemos constantemente”.
Con la mística de club de barrio y el profesionalismo de un equipo de alto rendimiento, Centro Asturiano cierra el año en lo más alto del podio, reafirmando que, en el handball rosarino, la corona sigue teniendo dueño.


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