La Justicia decretó la quiebra de Alimentos Refrigerados Sociedad Anónima (Arsa), la empresa clave que elaboraba una amplia gama de yogures, flanes y postres para la marca SanCor. El fallo, dictado por el juez Federico Güerri del Juzgado Comercial 29, ordena la liquidación definitiva y el cierre de todas sus instalaciones.
La decisión impacta directamente sobre 380 empleados, la mayoría concentrados en su planta de Lincoln, provincia de Buenos Aires, y en la fábrica y centro de distribución de Córdoba. Arsa era responsable de la producción de marcas reconocidas como los postres Shimy, Sancorito, Sublime y los yogures Yogs.
La quiebra final se concretó tras el fracaso del concurso preventivo que se había abierto en abril de 2024. Pese a las gestiones, no apareció ningún inversor dispuesto a adquirir la firma y garantizar la continuidad de la producción láctea.
La Sucesión de Gestiones y las Denuncias Gremiales
El deterioro de Arsa se arrastra desde hace tiempo, con sucesivas gestiones empresariales en los últimos años. El grupo Vicentin fue el que la administró hasta hace dos años y medio, y en ese momento también contó con el apoyo de fondos de inversión.
Posteriormente, la firma pasó a ser gestionada por los empresarios venezolanos Manuel y Alfredo Fernández, quienes también manejan otra láctea, La Suipachense. Si bien Arsa culpó a la situación económica de alta inflación y controles de precios al momento de presentarse en concurso, el sector apunta a un "mal gestionamiento" general a lo largo del tiempo.
El gremio de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) fue uno de los principales denunciantes de los incumplimientos de la empresa.
Crisis Social: Empleados con Sueldos Atrasados
La crisis de la empresa se hizo palpable en el día a día de sus trabajadores. Los propios empleados señalaron que venían sufriendo sueldos atrasados e irregulares durante los últimos meses.
El panorama se agravó cuando, según las denuncias, los operarios llegaron a percibir solo un cuarto de su salario y en efectivo, a pesar de seguir cumpliendo jornadas laborales completas.
La liquidación de Arsa ahora deja a 380 familias en vilo y genera un hueco en la producción de postres refrigerados bajo la histórica marca SanCor, un jugador clave del mercado lácteo argentino.
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