El peronismo se encuentra en medio de un escenario incierto, con Cristina Kirchner fuera de la contienda electoral, mientras enfrenta la recta final para la presentación de las listas de diputados nacionales en la provincia de Buenos Aires. El domingo 17 de agosto es la fecha límite para la presentación de las nóminas, y la principal inquietud del Partido Justicialista es evitar la conflictividad que marcó el cierre de listas a nivel provincial.
Además de los lugares en las nóminas, el objetivo es mantener a todos los sectores dentro de Fuerza Patria, el frente de unidad que selló el peronismo. En este espacio, Juan Grabois decidió inicialmente quedar fuera y amenazó con presentar una lista por su cuenta. La posterior intervención de Cristina Kirchner logró calmar, aunque no por completo, los ánimos.
La principal controversia es la habitual: el control de la “lapicera” que define a los integrantes de la lista. Si bien históricamente la expresidenta ha tenido este rol, el actual contexto, con CFK detenida, presenta un peronismo sin un liderazgo claro. No son pocos los que se atreven a disputar la conducción.
Uno de ellos es el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, quien se mostró firme en el cierre de listas provinciales y logró incluir nombres propios en los principales distritos. En la configuración de la lista nacional, se espera una dinámica similar, pero no sin un intenso debate interno. La primera propuesta de La Cámpora, la candidatura de Máximo Kirchner, no cuenta con el respaldo suficiente.
A tan solo dos días de que se cumpla el plazo, los principales desacuerdos se registran entre el kirchnerismo duro y el sector de Kicillof. En el medio, el Frente Renovador de Sergio Massa actúa como mediador. Aunque en un momento se consideró que el exministro de Economía podría ser un símbolo de unidad, esta opción ha perdido fuerza en las últimas semanas.
“Massa no va a ser candidato”, afirmaron a un medio nacional fuentes cercanas al exministro de Economía. En su lugar, se subraya su papel conciliador dentro del peronismo. “Quiere ayudar a la unidad. Va a poner gente propia en las distintas listas, pero no será candidato”, resaltaron desde el Frente Renovador.
Massa se ha mantenido alejado del ruido político, pero sigue de cerca las negociaciones y hace apariciones esporádicas cuando lo considera necesario. Según se ha sabido, está dictando cursos en la Universidad de Rice, en Houston, además de trabajar en su consultora, su estudio jurídico y en la Fundación Encuentro.
Cerca de Massa, sostienen que está “contento de que, salvo Grabois, todos los sectores le hayan pedido ser candidato” y considera que actualmente “ayuda más desde afuera de la pelea”.
Precisamente Grabois y su espacio fueron los principales detractores de una posible candidatura de Massa. Tras el enfrentamiento en las PASO presidenciales de 2023, el dirigente de Patria Grande fue categórico, adelantando que no militaría ni integraría una lista encabezada por el exministro.
El dirigente social se autoproclamó candidato con intenciones de encabezar la lista. Sin embargo, estaría dispuesto a no hacerlo, siempre y cuando Massa tampoco lo haga. De esta manera, surge una opción que podría satisfacer a todos los sectores: la de que los intendentes asuman el liderazgo.
En el sector de Kicillof no ven con buenos ojos una candidatura de Máximo Kirchner, a pesar de que el propio gobernador ha afirmado que no la objetaría. Tampoco consideran que Grabois sea una buena alternativa. Aunque el mandatario propuso nombres como Jorge Taiana o Carlos Tomada, la opción que cobra más fuerza es la de que un intendente encabece y ordene la interna.
Dentro de las distintas opciones, el kirchnerismo impulsa al intendente de Pilar, Federico Achaval, quien cuenta con la aprobación de CFK y no genera mayores rechazos de los demás sectores. Otra posibilidad fuerte es la del alcalde de Escobar, Ariel Sujarchuk, quien tiene una buena relación con el Gobernador y tampoco tiene demasiados detractores.
Además, se baraja la posibilidad de que sea la intendenta de Moreno, Mariel Fernández, del Movimiento Evita. Cualquiera de estos casos sería aceptado por la gran mayoría del peronismo, al mismo tiempo que sería un gesto a los jefes comunales, quienes desde hace tiempo solicitan un mayor protagonismo.
Esta podría ser también la puerta de entrada a otro de los grandes anhelos de los intendentes: encabezar una lista a la gobernación. Con Kicillof sin posibilidad de buscar otro mandato, se abre la oportunidad para que uno de ellos lo suceda. Varios factores contribuyen a esta premisa: no hay un sucesor claro, y muchos de los intendentes no podrán reelegir.
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