Sigue el escándalo por el ingreso de un avión privado a la Argentina en febrero pasado con más de una decena de valijas que presuntamente no fueron controladas por la Aduana. La aeronave pertenece a Leonardo Scatturice, un ex agente de inteligencia convertido en empresario aerocomercial, con vínculos directos con Santiago Caputo, asesor del presidente Javier Milei. Scatturice es además el flamante nuevo dueño de Flybondi, una de las aerolíneas low cost pioneras en el país.
El particular episodio tuvo lugar el 25 de febrero pasado, cuando un avión privado de COC Global Enterprise, un fondo de inversión liderado por Scatturice y actual accionista mayoritario de Flybondi, aterrizó en Aeroparque con una sola pasajera pero con más de diez piezas de equipaje que supuestamente evadieron los controles migratorios y aduaneros.
La aeronave, proveniente de Miami, traía a bordo a Laura Belén Arrieta, quien viajó a Estados Unidos para representar a Argentina en la CPAC, una convención internacional de la ultraderecha vinculada a Donald Trump, en la que también participó el presidente Milei. Arrieta, además, es gerente de operaciones corporativas de OCP TECH, una fintech que también pertenece a Leonardo Scatturice.
Aunque viajaba sola, Arrieta llegó al país con 15 valijas, y ninguna habría sido revisada por “órdenes de arriba”, según denunció el periodista Carlos Pagni en su programa televisivo de LN+. Esta revelación motivó un pedido de información por parte de la Coalición Cívica. Pagni indicó que la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Aduana habrían intentado realizar un operativo, pero recibieron la directiva de no inspeccionar el equipaje.
Según autoridades nacionales, el Bombardier 5000, propiedad de la firma de Scatturice, procedía de Miami con una sola pasajera, Arrieta, y dos tripulantes: José Luis Donato Bresciano y Juan Pablo Pinto. El avión aterrizó el 25 de febrero en Aeroparque y permaneció en situación de “tránsito” durante una semana en un hangar de la empresa Royal Class. Finalmente, el 5 de marzo despegó nuevamente de Aeroparque con destino a París, previa escala en Tenerife para recargar combustible.
La noticia ha vuelto a cobrar relevancia tras confirmarse la compra de Flybondi por parte de Leonardo Scatturice, en medio de problemas operativos de la aerolínea. Ahora, se revelaron imágenes que podrían probar que los numerosos equipajes de Laura Arrieta no fueron controlados.
Frente a las acusaciones de falta de control, Manuel Adorni, vocero presidencial, desmintió la supuesta "orden de arriba": "El avión que aterrizó en Aeroparque recibió todos los controles de rutina, previo a quedar en situación de tránsito”, y añadió: “En el procedimiento participó tanto la Aduana como la Policía de Seguridad Aeroportuaria, lo que de por sí hace imposible que alguien haya visto a alguien con 10 valijas”.
No obstante las declaraciones del vocero presidencial, TN tuvo acceso a información recopilada por la Justicia en estos meses. El medio divulgó que la aeronave aterrizó con 10 valijas, aunque se habían declarado cinco, y una serie de irregularidades señaladas por los fiscales del caso. La investigación fue llevada a cabo por la Procuraduría de Investigaciones Administrativas, que solicitó informes a Royal Class y Aduana.
Así, y según la hipótesis fiscal revelada por el medio del Grupo Clarín, los pasajeros de la aeronave no habrían pasado por los controles de equipaje y solo habrían declarado la mitad de las valijas. El informe estima que no hubo constancia de un control continuo de la aeronave mientras permaneció en el hangar de Aeroparque y que tampoco fue registrada por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).
Además, se señalaron inconsistencias en los registros migratorios de tripulantes y pasajeros, tanto en el vuelo de ingreso como en el de salida. Aunque se declaró que la aeronave provenía de Fort Lauderdale, en realidad había partido desde Opa-locka, ambas en Miami. Lo mismo ocurrió el 5 de marzo: el registro oficial de Migraciones indicaba como destino Fort Lauderdale, pero el vuelo se dirigió a París, con una escala previa en el aeropuerto de Tenerife Sur, en las Islas Canarias.
¿Quién es Leonardo Scatturice?
Pocos meses después de que el nombre de Scatturice circulara en los medios por este polémico episodio, el empresario compró Flybondi a través de su fondo de inversión estadounidense.
En cuanto a su perfil, Scatturice ha tenido una trayectoria variada. Tuvo un breve paso por la Side en su juventud, para luego colaborar con la Policía Federal. Años después, fundó su propia empresa de seguridad, C3 Consulting, que realizaba tareas de inteligencia.
Su trabajo de inteligencia lo involucró en la causa Dark Star por espionaje, donde se intervinieron más de 800 teléfonos. En este proceso judicial, se comprobó que Dark Star, agencia fundada por Jaime Stiusso, ex líder de la Side, tercerizaba tareas a C3 Consulting.
Para dejar atrás sus años de espionaje, el nuevo dueño de Flybondi se mudó a Estados Unidos, donde amasó una fortuna. Ahora, al frente del fondo COC, se enfoca en el rubro aerocomercial. COC Global Enterprise, que adquirió la aerolínea low cost argentina, opera en el mercado de la aviación privada ejecutiva con sede en Miami y Nueva Jersey, poseyendo más de 17 aeronaves propias y experiencia en gestión de vuelos chárter para privados.
Leonardo Scatturice tiene fuertes conexiones con el gobierno de Estados Unidos. Su empresa ha realizado traslados privados de funcionarios a la Argentina, como la visita del Secretario del Tesoro, Scott Bessent. El empresario argentino incluso se ha mostrado junto a Donald Trump.
Sobre sus vínculos con el gobierno nacional, Scatturice es muy cercano a Santiago Caputo, el principal asesor del presidente Javier Milei. De hecho, es un secreto a voces que fue él quien le acercó el nombre de Andrés Edgardo Vázquez, también ex Side, a Santiago Caputo, para liderar la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA). Actualmente, Vázquez está al frente de la DGI.
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