GINEBRA, SUIZA. 24 de junio de 2025 — La oficina de Derechos Humanos de la ONU ha acusado este martes a Israel de utilizar los alimentos como "arma" en la Franja de Gaza, tras la muerte de más de 500 palestinos que se acercaron a centros de ayuda alimentaria. La organización ha señalado la posibilidad de "crímenes de guerra" y ha puesto el foco en la controvertida "Fundación Humanitaria de Gaza (GHF)", una entidad privada estadounidense cuyo director renunció alegando la imposibilidad de conciliar su labor con principios humanitarios básicos.
Según Thameen Al-Kheetan, portavoz de la oficina de la ONU en Ginebra, más de 410 palestinos perdieron la vida mientras buscaban asistencia humanitaria de la GHF, y otras 93 víctimas fatales resultaron de disparos de soldados israelíes sobre civiles que intentaban acceder a la ayuda distribuida por la propia Naciones Unidas. Al-Kheetan calificó la situación de "inhumana", obligando a la población gazatí a elegir entre "morir de hambre o arriesgarse a ser asesinados" al buscar comida.
Disparos contra civiles hambrientos y la instrumentalización del alimento
El portavoz de la ONU exigió a Israel "dejar de disparar a las personas que intentan conseguir comida, y permitir la entrada de alimentos y ayuda humanitaria respetando el derecho internacional". Insistió en que los asesinatos bajo estas circunstancias deben ser investigados de manera imparcial, y mencionó la posibilidad de que los casos sean presentados ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya.
Al-Kheetan condenó la "instrumentalización" de alimentos en Gaza, considerándolo un "arma" en el contexto de una agravada crisis humanitaria y el riesgo de hambre extrema. Esta es la declaración más contundente de la ONU sobre el nuevo modelo de distribución de ayuda humanitaria implementado por Israel en Gaza, que tiene a la GHF como protagonista. La ONU reiteró que la "instrumentalización de alimentos contra civiles, además de restringir o impedir el acceso a servicios esenciales para la supervivencia, constituye un crimen de guerra". Las cifras de la ONU son similares a las publicadas por el Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, que reportó 467 palestinos muertos y 3.600 heridos en incidentes relacionados con la entrega de ayuda humanitaria.
"Abominación" y una organización privada opaca
Philippe Lazzarini, jefe de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), tildó el nuevo mecanismo de entrega de ayuda en Gaza de "abominación" y "trampa mortal". La ONU y varias ONG humanitarias han rechazado trabajar con la GHF debido a su financiamiento opaco y a reiteradas denuncias sobre sus métodos y su supuesta neutralidad. El lunes, organizaciones de derechos humanos solicitaron a la GHF que cese sus operaciones, deslizando fuertes sospechas de posible complicidad con "crímenes de guerra". Israel impuso un bloqueo humanitario a principios de marzo, que ha provocado graves carencias y solo fue parcialmente aliviado a finales de mayo.
El gobierno israelí no ha emitido comentarios iniciales sobre la acusación de la ONU, aunque en otras ocasiones ha defendido su nuevo sistema de distribución de alimentos y ha negado acusaciones similares de violaciones de derechos humanos.
GHF: Una fundación con origen en Delaware y una renuncia significativa
Jake Wood, ex marine estadounidense y cofundador de la agencia de ayuda Team Rubicon, fue el director ejecutivo inicial de GHF. La fundación se registró en febrero de 2025 en Delaware y nunca ha publicado información sobre sus fuentes de financiación. También está registrada en Ginebra, Suiza, y según Reuters, trabaja con los operadores privados de seguridad y logística UG Solutions y Safe Reach Solutions.
El plan de ayuda privatizado de GHF contrasta con los modelos de la ONU y otras agencias internacionales. En junio, Boston Consulting Group (BCG) rescindió su contrato con GHF, que ayudó a crear en coordinación con Israel y fue responsable de fijar los precios para los contratistas. Aunque BCG afirmó que el trabajo se realizó "pro bono", The Washington Post informó que presentó facturas de más de un millón de dólares al mes.
El 25 de mayo de 2025, Wood anunció su renuncia a GHF tras un ataque aéreo israelí que causó la muerte de decenas de palestinos refugiados en una escuela. El ex marine explicó que le resultaba "imposible cumplir con los objetivos de la fundación mientras se adhiere estrictamente a los principios humanitarios de neutralidad, imparcialidad e independencia, que no abandonaré".
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