La violencia en Rosario no da tregua. En las últimas horas, tres hechos impactantes han vuelto a poner en evidencia la crisis de seguridad que atraviesa la ciudad: un homicidio a sangre fría en una barbería, la detención de un suboficial acusado de colaborar con una organización narcocriminal y la captura de un hombre implicado en la venta ilegal de armas.
Ejecución en plena barbería
Iván Antonio Jagich, de 34 años, fue asesinado el martes por la tarde en "La Barber Club", un local ubicado en Khantuta al 1500, barrio Las Flores Este. Dos gatilleros irrumpieron en el comercio y, sin mediar palabra, abrieron fuego contra él.
Otro hombre de 33 años resultó herido en la zona abdominal y fue trasladado al Hospital Roque Sáenz Peña, donde se recupera. La investigación, encabezada por el fiscal Adrián Spelta, busca determinar los móviles del ataque y dar con los responsables. Peritos de la Policía de Investigaciones (PDI) relevan cámaras de seguridad y toman declaraciones a testigos.
Policía preso por connivencia con una banda narco
El suboficial Jonatan Garraza, prófugo desde diciembre, fue imputado y quedó preso por su vínculo con la organización liderada por Lisandro "Licha" Contreras, un desprendimiento de la banda "Los Monos". La fiscal Georgina Pairola lo acusó de formar parte de una asociación ilícita y de filtrar información sobre allanamientos a la banda.
La investigación reveló que Garraza mantenía conversaciones de WhatsApp con miembros del grupo criminal, alertándolos sobre operativos. La jueza Paola Aguirre ordenó su prisión preventiva. La Fiscalía también apunta a otros dos sospechosos, Ramiro Escalante y Fernando Cappelletti, que continúan prófugos.
Venta ilegal de armas: cae un nuevo implicado
Miguel S., de 29 años, fue detenido en barrio Las Flores Sur por su participación en la venta ilegal de armas. Su captura se dio tras la detención en febrero de Facundo B., un joven de 20 años que ofreció una pistola calibre 40 en un grupo de WhatsApp.
En el celular de Facundo B. se hallaron conversaciones con Miguel S., en las que negociaban la venta de distintas armas. Al momento de su arresto, Miguel S. intentó destruir su teléfono, pero la Policía Federal logró recuperar evidencia clave. La Fiscalía investiga la procedencia del armamento y posibles conexiones con bandas delictivas.
Estos tres hechos reflejan el preocupante escenario de violencia en Rosario, donde el crimen organizado, la corrupción policial y el mercado negro de armas continúan golpeando a la ciudad.
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