Argentina enfrenta una drástica caída en la natalidad: en 2023 hubo 460.902 nacimientos, un 41% menos que en 2014

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La sociedad argentina atraviesa un cambio demográfico significativo: la natalidad cayó un 41% en los últimos diez años, pasando de 777.012 nacimientos en 2014 a 460.902 en 2023. Esta tendencia, que también se registra en otros países de América Latina, avanza en Argentina a un ritmo más acelerado que en sus vecinos y ya impacta en el sistema educativo.

Desde 2014, la cantidad de alumnos de sala de 5 cayó un 8%, pese a que la tasa de cobertura se mantuvo estable. Un informe del Observatorio de Argentinos por la Educación proyecta un fuerte descenso en la matrícula escolar en los próximos años. Expertos coinciden en que esta situación podría representar una oportunidad para mejorar la calidad educativa, pero advierten que su concreción dependerá de la reorganización de los recursos y de la planificación estatal.

La necesidad de un nuevo planeamiento educativo

Un seminario organizado por la Universidad Di Tella y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) puso en foco este fenómeno. "La reducción casi a la mitad de la matrícula educativa potencial abre interrogantes sobre el sistema educativo y cómo asignar los recursos para lograr acceso, equidad e inclusión", afirmó Víctor Volman, director del Observatorio de Argentinos por la Educación.

Un estudio de UNICEF indica que, de mantenerse la estructura actual, en 2026 el sistema podría ofrecer vacantes para todos los niños de 3, 4 y 5 años sin necesidad de incrementar la inversión. Sin embargo, esta reorganización implicaría estrategias como la extensión de la jornada escolar, la apertura o fusión de salas, la reducción de la cantidad de alumnos por docente y la reasignación de funciones para algunos docentes.

Leandro Bottinelli, profesor de UNTREF y UNIPE, destacó que "el análisis territorial es clave, porque si bien la caída de la natalidad es transversal, no ocurre de manera uniforme en todo el país". Según datos del Ministerio de Educación, la disminución de nacimientos se aceleró a partir de 2016 y alcanzó un récord en 2020 (-14,7% interanual), con caídas continuas en 2022 (-6,5%) y 2023 (-6,9%).

Impacto y estrategias provinciales

En la provincia de Buenos Aires, donde se concentra el 40% de la población escolar del país, los nacimientos cayeron de 290.000 en 2015 a 150.000 en 2024. Esto ya se siente en la matrícula de tercer grado y se proyecta que en 2028 afectará a la educación secundaria. Para afrontar este escenario, el gobierno bonaerense ha priorizado la ampliación de la cobertura de sala de 3, que actualmente tiene una matrícula del 84%, y presentó un proyecto de ley para hacer obligatoria esa etapa educativa. Además, se está invirtiendo en la construcción de jardines, la extensión de la jornada escolar y la creación de salas multiedad.

En la Ciudad de Buenos Aires, donde la natalidad cayó un 45% en la última década, la reducción de alumnos ha impulsado la transformación de salas de 4 y 5 años en espacios para lactantes y niños de 1 año. Además, el Ministerio de Educación porteño está avanzando en la reconversión de jardines de jornada simple a jornada completa y en la optimización de la oferta de escuelas privadas.

Córdoba, por su parte, está enfocada en la universalización de la sala de 3, con estrategias que incluyen la apertura de nuevas salas en zonas urbanas densamente pobladas y la reorganización de infraestructura en otros distritos. La provincia también evalúa la extensión horaria del jardín de infantes y del primer ciclo de primaria.

En Mendoza, la prioridad ha sido la incorporación de todas las salas de 3 al sistema educativo provincial. Asimismo, se está avanzando en la regulación de todas las acciones destinadas a la primera infancia para garantizar una oferta educativa homogénea.

Un desafío para el futuro

La caída en la natalidad es un fenómeno global, pero su impacto en Argentina requiere de una planificación estratégica inmediata. Mientras la reducción de matrícula podría representar una oportunidad para mejorar la calidad educativa, los expertos advierten que sin una reorganización adecuada podría derivar en ineficiencia del gasto público y pérdida de recursos educativos.

En este contexto, la necesidad de adaptar el sistema educativo a la nueva realidad demográfica se vuelve impostergable, con un rol clave de la planificación estatal y la participación de la comunidad educativa.

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