La ciudad de Rosario será escenario de una Marcha Antifascista este sábado 1° de febrero a partir de las 17 horas. La convocatoria, que se replicará en distintas ciudades del país, cuenta con el apoyo de organizaciones sociales, sindicales, feministas, colectivos LGBTIQ+ y partidos políticos. La movilización busca expresar un fuerte rechazo al discurso del presidente Javier Milei en el Foro Económico de Davos, donde hizo declaraciones que generaron indignación en diversos sectores de la sociedad.
Bajo la consigna "La vida está en riesgo ¡Basta! Al clóset no volvemos nunca más", los manifestantes se concentrarán en Plaza San Martín y marcharán hasta el Monumento a la Bandera. En simultáneo, habrá protestas en Buenos Aires, con un recorrido desde Plaza Congreso hasta Plaza de Mayo, y en Córdoba, donde la movilización partirá desde la intersección de las avenidas Colón y General Paz a las 16 horas.
El descontento surgió a raíz de las declaraciones del mandatario en Davos, donde vinculó al colectivo trans con la pedofilia, negó la brecha de género y desestimó la figura del femicidio como agravante del homicidio. Sus palabras fueron ampliamente cuestionadas por diversos sectores políticos y organizaciones de derechos humanos, y hasta motivaron una denuncia en la Justicia Federal por negación de la violencia de género.
En Rosario, la movilización fue organizada en una asamblea realizada en la Plaza Sandra Cabrera, ubicada en Castellanos y Córdoba, donde se definieron los detalles de la jornada de protesta. Entre las agrupaciones que adhieren se encuentran las Mujeres de la Intersindical Rosario, quienes manifestaron su rechazo a "los discursos de odio que legitiman violencias". En un comunicado, enfatizaron que "el femicidio no es un privilegio, sino una triste realidad en la que una mujer muere cada 27 horas en Argentina", y subrayaron la necesidad de combatir la naturalización de la violencia de género.
Además del repudio a las declaraciones de Milei, la marcha también busca exigir políticas públicas concretas que garanticen la igualdad de género, el acceso a la salud y la educación, y la protección de los derechos laborales.
La Asamblea Antifascista y Antirracista, impulsora de la movilización, surgió como una reacción inmediata tras el discurso del presidente en Davos, en el que instó a "eliminar el virus de la ideología woke" y descalificó a los movimientos LGBTIQ+, feministas y migrantes.
La polémica no solo se mantiene en el plano social y político, sino que ha trascendido al ámbito internacional. En noviembre pasado, en el marco de la Marcha del Orgullo, Amnistía Internacional advirtió sobre el "desmantelamiento de las políticas públicas de género y diversidad" en Argentina y el incremento de los discursos de odio hacia las personas LGBTI+. La organización también expresó su preocupación por la eliminación de organismos estatales como el INADI, lo que, según señalaron, "deja en mayor vulnerabilidad a las víctimas de discriminación".
Este sábado, Rosario será una de las tantas ciudades que elevarán su voz en contra de los discursos de odio y en defensa de los derechos humanos.
