Desde el lunes, Rosario cuenta con un nuevo espacio destinado a la protección y promoción de los derechos de niñas, niños y adolescentes: la Casa de las Infancias. Este lugar, liderado por la Dirección General de Infancias y Familias de la Municipalidad, representa un avance significativo en las políticas públicas centradas en la infancia. Andrea Fortunio, directora del área, subraya la relevancia de este nuevo centro como parte esencial de la red municipal dedicada al bienestar infantil.
“La Casa de las Infancias, en principio, es un espacio a partir del cual, con el trabajo de equipos interdisciplinares, vamos a poder acompañar la situación de vulneración de derechos o de ausencia o fragilidad de los cuidados parentales de niños, niñas y adolescentes que se encuentran referenciados en algunas de las instituciones de la gran red territorial del municipio”, explicó Fortunio.
Este espacio no es solo un edificio, sino una iniciativa fundamental para fortalecer las políticas públicas dirigidas a la infancia. Psicólogos, trabajadores sociales, abogados, psicólogos sociales y antropólogos colaboran en este lugar para desarrollar estrategias personalizadas que no solo atienden emergencias, sino que también buscan restituir derechos y mejorar la calidad de vida de los niños y niñas. “Pensar en la Casa de las Infancias es pensar que hay equipos armando, diseñando estrategias específicas de abordaje para acompañar el tránsito de los niños en situación de vulneración de derechos hacia una estrategia que nos ayude a mejorar su vida”, agregó Fortunio.
Uno de los aspectos más innovadores de la Casa de las Infancias es la ludoteca, un espacio de juego donde los niños pueden desarrollar habilidades mientras se divierten y sienten cuidados. “La idea es que estos niños, que están atravesando una situación compleja, encuentren un ratito, un espacio en el que puedan jugar, en el que puedan divertirse, en el que puedan sentirse cuidados”, detalló Fortunio.
Además de la ludoteca, la Casa de las Infancias cuenta con espacios de entrevistas, oficinas para el Servicio Local de Promoción y Protección de Derechos, y un salón de usos múltiples (SUM) o auditorio. Este último está diseñado no solo para el trabajo interno, sino también para fomentar la colaboración con organizaciones y colectivos que trabajan en temas relacionados con la niñez. “La Casa de las Infancias nos permite dar un salto de calidad, no sólo en lo edilicio, sino también en poder pensar que la idea de lo administrativo trascienda y se cree una comunidad de trabajo”, afirmó Fortunio.
Un Espacio Dentro de una Gran Red
La Casa de las Infancias está profundamente integrada en la red territorial del municipio, colaborando con los 43 centros Cuidar distribuidos por toda la ciudad, centros de salud, espacios culturales y deportivos, y otras instituciones civiles. Esta red es crucial para la detección temprana y el abordaje adecuado de situaciones de vulneración de derechos. “Todo lo que sucede en el territorio va a recibir un abordaje, una intervención multidisciplinar en la Casa de las Infancias”, enfatizó Fortunio.
Los equipos que trabajan en la Casa de las Infancias incluyen tanto a trabajadores municipales como a profesionales externos que colaboran a través de convenios con otras instituciones. La colaboración con entidades como Aldeas Infantiles y la Universidad Nacional de Rosario es también clave en el despliegue de intervenciones territoriales que se articulan con la Casa de las Infancias para desarrollar estrategias más amplias y complejas.
Este nuevo espacio se alinea con las normativas internacionales, nacionales y provinciales que garantizan la protección de los derechos de la infancia, incluyendo la Ley Nacional N º 26.061, la Ley Provincial Nº 12.967, y la Convención sobre los Derechos del Niño. “Cuando pensamos en la Casa de las Infancias, lo hacemos pensando en dar cumplimiento a un mandato legal que responde a poder cuidar, resguardar y garantizar los derechos fundamentales que hacen a las infancias”, concluyó Fortunio.
Un Estado Más Cerca
En un contexto donde el papel del Estado es frecuentemente cuestionado, la Casa de las Infancias se erige como un símbolo del compromiso estatal con el bienestar de las infancias. “Contar con la Casa de las Infancias es pensar que el Estado está presente, que el Estado acompaña, que el Estado promociona derechos y que el Estado está acompañando estas infancias y adolescencias a partir de una política pública integral”, expresó Fortunio.
Fortunio destacó que la Casa de las Infancias no solo busca restituir derechos vulnerados, sino también diseñar propuestas socioeducativas, lúdicas y recreativas en los centros Cuidar, los principales anclajes de la Secretaría de Desarrollo Humano y Hábitat en los barrios. “Es el Estado llevando al territorio un cachito, un ratito de cuidado, de acompañamiento, de recreación, y es mostrar que sí se puede con el Estado presente”, concluyó Fortunio.