En un esfuerzo por modernizar el sistema de pagos, el Gobierno Nacional ha emitido el Decreto de Necesidad y Urgencia 731/2024, que establece nuevas regulaciones para la recepción de propinas a través de medios electrónicos. A partir de esta normativa, los comercios y establecimientos de los sectores gastronómicos, hoteleros y afines estarán obligados a ofrecer a sus clientes la opción de dejar propinas utilizando billeteras digitales, en complemento al método tradicional en efectivo.
El decreto subraya que las propinas no formarán parte de la remuneración de los empleados, lo que implica que no podrán ser consideradas para ajustes salariales ni estarán sujetas a retenciones fiscales. Asimismo, las entidades que administran tarjetas de débito, crédito, compra y similares, junto con las instituciones financieras del sistema de pagos, “no podrán realizar cobros” sobre estos montos.
Con esta medida, los comercios deberán adaptarse al creciente uso del dinero digital, implementando la opción de propinas electrónicas y asegurando la transferencia de estos montos a los trabajadores en un plazo máximo de 24 horas, sin aplicar ningún tipo de descuento. Los establecimientos tendrán la obligación de proporcionar una cuenta exclusiva para los empleados, donde se acreditarán las propinas, y esta cuenta deberá ser interoperable.
El decreto ofrece dos modalidades para la distribución de las propinas electrónicas: “Los montos podrán ser acreditados directamente a los empleados que recibieron la propina o colocarse en una caja común para luego dividirse entre todo el personal”.
La supervisión del cumplimiento de esta normativa estará a cargo del Banco Central y el Ministerio de Economía, quienes también deberán dictar las normas complementarias necesarias para su correcta implementación. El decreto entrará en vigor a los 90 días de su publicación en el Boletín Oficial.
Según el Poder Ejecutivo, esta iniciativa responde a la “imperiosa necesidad de modernizar y simplificar los pagos”, en un contexto donde el uso de dinero digital ha crecido considerablemente en Argentina, mientras que el dinero en efectivo representa solo entre una cuarta y una quinta parte del total de las transacciones monetarias en el país.