En los últimos días, ha surgido una confusión creciente entre la viruela símica y el herpes zóster, dos enfermedades que, aunque comparten ciertos síntomas superficiales, son fundamentalmente diferentes en su origen y manifestación. La viruela símica, también conocida como MPOX, es provocada por un virus del género Orthopoxvirus, mientras que el herpes zóster es causado por el virus Varicela-zóster.
La viruela símica se caracteriza por la aparición de vesículas en la piel, que eventualmente evolucionan a pústulas llenas de pus y costras. En contraste, el herpes zóster se presenta con una dolorosa erupción cutánea que forma ampollas, generalmente agrupadas en racimos a lo largo de un trayecto nervioso específico, como los nervios intercostales o faciales.
“La viruela símica, mal llamada 'viruela del mono', debería ser referida como MPOX, debido a que su nombre proviene de la abreviatura de 'monkeypox'. Este virus es muy similar al virus de la viruela humana, que fue erradicada hace décadas”, explicó la Dra. Elena Obieta (M.N. 76.451) en una entrevista con la Agencia Noticias Argentinas.
La Dra. Obieta, jefa del Servicio de Enfermedades Transmisibles y Emergentes de la Municipalidad de San Isidro, aclaró que el herpes zóster es la reactivación del virus de la varicela, un virus distinto al de la viruela. “La varicela y la viruela son enfermedades causadas por virus diferentes. El herpes zóster se origina a partir del virus Varicela-zóster, mientras que la viruela símica proviene del virus Orthopoxvirus”, añadió.
Respecto a las variantes del virus MPOX, Obieta detalló que existen dos clados principales. El clado 1, originario de África Central, ha dado lugar a la variante 1.b, la cual ha sido declarada por la OMS como una alerta sanitaria de interés internacional. Esta variante presenta una mayor transmisibilidad y letalidad que las cepas anteriores. Los síntomas de esta variante incluyen pústulas que evolucionan a úlceras, y se manifiestan principalmente en las manos y el rostro, afectando a niños expuestos a mamíferos portadores, como ardillas y ratas.
El clado 2, característico de África Occidental, fue responsable del brote de 2022, que afectó a varios países, incluyendo Argentina. Esta variante se transmite principalmente por contacto humano cercano, especialmente a través de relaciones sexuales, y se presenta con lesiones similares a las del clado 1, pero concentradas en áreas como el área genital y el tronco, con una mortalidad mucho menor, alrededor del 0,3%.
En Argentina, actualmente solo se ha detectado el clado 2, y la transmisión se produce principalmente por contacto íntimo o con superficies contaminadas. La Dra. Obieta indicó que la confusión con el herpes zóster se debe a que ambos pueden producir ampollas, aunque el herpes zóster se distingue por seguir el trayecto de un nervio y suele afectar a personas mayores de 60 años o con inmunodeficiencias. La vacuna contra el herpes zóster está disponible y requiere dos dosis, mientras que la vacuna contra la viruela símica aún está en desarrollo.
“Para el herpes zóster, la principal complicación es la neuralgia postherpética, un dolor persistente que puede durar más de 90 días. Es crucial consultar a un médico al primer signo de ampollas para comenzar el tratamiento con aciclovir”, recomendó Obieta. En el caso del MPOX, aún no se dispone de un tratamiento específico, y las lesiones deben mantenerse secas para evitar complicaciones.
La Dra. Obieta concluyó que, aunque el herpes zóster y la viruela símica pueden presentar síntomas similares, sus diferencias en el origen, transmisión y manejo son significativas.