La desregulación del mercado inmobiliario está impactando no solo a los inquilinos en busca de alquileres prolongados, sino también al sector turístico. Un reciente informe del Centro de Estudios Metropolitanos (CEM) revela una expansión desigual de Airbnb en las principales ciudades turísticas del país. A pesar de que la oferta de publicaciones en plataformas como Airbnb ha crecido significativamente, con incrementos de entre el 50% y 100% en comparación con el invierno anterior, la ocupación ha caído 10 puntos porcentuales en relación a 2023.
Crecimiento de la oferta y demanda desigual
La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) informó que, durante este invierno, 4,9 millones de personas viajaron por el país, un 12% menos que en el mismo período de 2023. El gasto turístico total alcanzó los $1,2 billones, lo que representa un impacto económico 22% menor en términos reales, si se contempla la inflación.
Este descenso en la demanda turística ha repercutido directamente en el comportamiento de los alquileres temporarios. Por ejemplo, en Bariloche, la oferta en Airbnb creció un 62% interanual, con 3.690 propiedades activas, lo que equivale aproximadamente al 5% de las viviendas particulares. Sin embargo, la ocupación cayó del 84% al 74%, provocando una disminución del 27% en la tarifa diaria promedio, que se ubicó en USD 85,9, y una caída del 30% en las ganancias mensuales.
Mendoza, con un porcentaje similar de viviendas en alquiler temporario, también mostró una tendencia negativa, con una caída de 5 puntos en la ocupación y una disminución del 16% en las ganancias mensuales.
En Mar del Plata, donde el alquiler temporario representa solo el 0,5% del total de viviendas, la oferta creció un 102%, pero la ocupación apenas superó el 30%. Salta y Córdoba también registraron un aumento en la oferta, pero con caídas en la ocupación, según advirtió el CEM: "Los porcentajes de ocupación están cayendo, y las ganancias que generan estas propiedades, en consecuencia, también bajan."
El ajuste al bolsillo del turista impacta al sector
El informe de CAME también señaló una reducción del 11,9% en la cantidad de turistas interanual, junto con una disminución en la estadía promedio, que pasó de 4,5 días en 2023 a 4,1 días en 2024. Además, el gasto diario promedio de $59.890 fue un 3% inferior al de la temporada anterior, descontando la inflación.
Este panorama se enmarca en un contexto de salarios reales aún no recuperados del impacto inflacionario, con una inflación interanual hasta julio del 271,5%. Esto ha sido un duro golpe tanto para el sector público como para el privado. Los ingresos en el sector privado están 4,7% por debajo de noviembre del año pasado, mientras que el sector público ha experimentado un ajuste histórico, con una caída del 19% en los ingresos.
A pesar de este escenario, el optimismo en el sector persiste. Desde el CEM señalaron: "Año tras año y temporada tras temporada se incrementa la oferta de propiedades para alquiler turístico, llegando a romper nuevos récords en algunas ciudades." Sin embargo, la caída en la ocupación, a pesar de la reducción en las tarifas, refleja un ajuste en el mercado que podría continuar durante la próxima temporada de verano.
Este invierno ha dejado claro que, aunque la oferta de propiedades para alquiler turístico se expande, la demanda no siempre acompaña, lo que pone en jaque a un sector que sigue buscando adaptarse a las fluctuantes condiciones económicas del país.