El Ministerio de Desarrollo Social, bajo el gobierno de Javier Milei, vuelve a ser protagonista de un escándalo que sacude la administración pública. En esta ocasión, se ha revelado una red de pagos irregulares a 150 "rugbiers ñoquis" a través de un documento filtrado. Federico Fernández, conocido como "Fefe" y ex director administrativo de la Secretaría de Niñez y Familia, se encuentra en el centro de la controversia.
La situación se desató cuando Fernández, aparentemente por error, subió una planilla de Excel titulada “Plan 120” a Google Drive y la compartió públicamente. Este documento detallaba pagos irregulares que sumaban 120 millones de pesos, identificados con las iniciales “FF” de Fernández. La lista incluía nombres de rugbiers del Colegio La Salle, amigos cercanos a Fefe, como Gonzalo Avetrani, Vicente Ammann, Lautaro Alarcon y Santiago Anziano.
El escándalo cobró mayor magnitud cuando se descubrió que la ministra de Desarrollo Social, Sandra Pettovello, había intentado contener la crisis despidiendo al secretario de Niñez y Familia, Pablo de la Torre. Sin embargo, surgieron pruebas de que Pettovello había firmado convenios irregulares con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), los cuales facilitaron estos pagos.
La controversia desató una guerra interna en el ministerio, con enfrentamientos entre el área social y la ministra Pettovello. A pesar de haber despedido a De la Torre en un intento de cortar por lo sano, la aparición de su firma en los convenios compromete seriamente su posición.
Pablo de la Torre, acusado de haber ingresado como “ñoquis” a ciento cincuenta rugbiers que nunca se presentaron a trabajar pero que cobraban sueldos, quedó en el ojo de la tormenta. Este incidente, sumado a la previa acusación contra De la Torre por la falta de distribución de alimentos retenidos, agrava aún más la situación del Ministerio de Desarrollo Social y pone en tela de juicio la gestión del gobierno de Javier Milei.
La filtración del documento y las revelaciones subsiguientes no solo exponen una red de corrupción, sino que también subrayan las divisiones internas y la falta de control en una de las áreas más sensibles de la administración pública. La crisis en el Ministerio de Desarrollo Social continúa, y las repercusiones de este escándalo están lejos de finalizar.
