Buenos Aires, 23 de mayo de 2024 – La economía argentina atraviesa una jornada crítica, marcada por la caída de bonos y acciones, el aumento del riesgo país y un nuevo máximo histórico del dólar blue. La situación económica y política actual ha generado una profunda desconfianza en los mercados, exacerbada por rumores sobre la posible salida del jefe de Gabinete, Nicolás Posse.
Los mercados financieros reaccionaron negativamente ante la incertidumbre, con los bonos en dólares y las acciones argentinas registrando importantes pérdidas. El índice S&P Merval cayó un 2,2%, situándose en 1.528.672 unidades. Los ADRs argentinos en Nueva York también mostraron descensos significativos, liderados por BBVA y Grupo Supervielle, con bajas de hasta 4,9%. Sólo Edenor e YPF presentaron leves subidas.
El dólar blue, que había alcanzado un máximo histórico de $1.300, cerró en $1.285, acumulando un aumento de $165 en la semana. La brecha con el dólar oficial se mantiene en un 44,3%. La disparada del dólar informal se debe a factores como la baja de tasas, la menor oferta de divisas de los agroexportadores y las dificultades políticas del gobierno para aprobar leyes cruciales.
El riesgo país, medido por JP Morgan, superó los 1.400 puntos básicos, alcanzando 1.429, su nivel más alto desde abril, reflejando un aumento del 12% en tres días. Esta situación se da en un contexto de fuerte recesión económica, con una caída interanual del 8,4% en marzo, según el Indec.
El sector agropecuario, una pieza clave de la economía argentina, enfrenta también serios desafíos. Un informe del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral revela que el 70% de los productores tendrán que vender más de la mitad de su cosecha de soja y maíz para cubrir los costos de la nueva campaña. Además, sólo se ha vendido el 34% de la producción de soja de la campaña 23/24, el nivel más bajo en seis años, debido a los bajos precios y un tipo de cambio desfavorable.
La liquidación de divisas por exportación de granos hasta abril fue de 6.433 millones de dólares, aunque sigue siendo un 40% menor que en 2022. A pesar de un leve repunte en los precios internacionales y una mejora en el dólar exportador, el sector agropecuario aún no alcanza los niveles de ventas necesarios para generar un impacto significativo en la economía nacional.
El gobierno espera que la aceleración de la comercialización de granos y una mejor fijación de precios impulsen una recuperación económica en el segundo trimestre. Sin embargo, las perspectivas a corto plazo siguen siendo inciertas, con analistas señalando que la estabilidad económica dependerá en gran medida de las políticas que se implementen en las próximas semanas y de la capacidad del gobierno para generar confianza en los inversores y productores.
En este contexto, la administración de Javier Milei enfrenta el reto de estabilizar la economía y recuperar la confianza del mercado, un desafío que será crucial para el futuro económico del país.
