Rusia ha anunciado el descubrimiento de una enorme reserva de petróleo en la Antártida, estimada en 511 mil millones de barriles. Esta noticia, que equivale a diez veces la producción del Mar del Norte en los últimos 50 años y al doble de las reservas de Arabia Saudita, ha desencadenado una nueva disputa territorial, especialmente entre Rusia, el Reino Unido y Argentina
El hallazgo se realizó a través de exploración sísmica, una práctica permitida en la Antártida, y no mediante perforaciones, las cuales están prohibidas por el Tratado Antártico de 1959. Sin embargo, este descubrimiento resalta el creciente interés y avance de Rusia en la región, donde ya cuenta con numerosas estaciones de investigación.
La soberanía sobre la Antártida ha sido motivo de conflicto entre varios países, incluyendo al Reino Unido, Argentina y Chile. Argentina reclama el Sector Antártico Argentino, argumentando razones geográficas, geológicas e históricas. Por su parte, el Reino Unido también reclama territorio antártico, lo que genera superposiciones con las reclamaciones argentinas y chilenas.
🇷🇺 Russia discovers oil and gas reserve in British Antarctic territory.
— BRICS News (@BRICSinfo) May 12, 2024
It contains an estimated 511 billion barrels worth of oil, 10 times the North Sea's output over the last 50 years. pic.twitter.com/7DTKC5AhuR
El descubrimiento ruso ha provocado una serie de reacciones diplomáticas, con el Reino Unido atribuyéndose la zona y Argentina manteniendo silencio al respecto. Este episodio resalta las consecuencias de la sobreactuación diplomática del Gobierno de Javier Milei, cuyas acciones recientes, como el respaldo a Ucrania en su conflicto con Rusia y el proceso de ingreso a la OTAN, están generando tensiones con diversos actores internacionales.
Además, la decisión de Argentina de declinar su ingreso al foro Brics, que incluye a Rusia, Brasil, India, China y Sudáfrica, también ha generado repercusiones, como el reciente comentario de los Brics sobre el descubrimiento de Rusia en la Antártida, enfatizando la ubicación del hallazgo en territorio británico.
Este incidente subraya la importancia de una diplomacia cuidadosa y equilibrada en un escenario geopolítico cada vez más complejo y volátil.