La renuncia de Sergio Eloy Díaz, quien dirigía la Dirección de Asistencia Directa para Situaciones Especiales (Dadse), ha generado un profundo impacto en medio de la crisis que atraviesa el suministro de medicamentos en el país. Su dimisión llega tras el fallecimiento de un séptimo paciente oncológico debido a la interrupción en el suministro de su medicación, una decisión que ha desatado una ola de críticas y acciones legales.
Desde diciembre, el gobierno ha dejado de entregar medicamentos para enfermedades graves o poco frecuentes, lo que ha provocado la muerte de varias personas y el sufrimiento de cientos de pacientes que dependen de estos tratamientos. La situación se ha agravado con la paralización de la Dadse, tras descubrirse irregularidades en la adquisición de medicamentos y pagos a proveedores.
La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, ha señalado que la paralización del organismo se debe a una auditoría interna que reveló estas irregularidades. Sin embargo, las consecuencias han sido devastadoras, con pacientes desesperados por recibir su medicación y denuncias penales por abandono de persona.
A pesar de los esfuerzos del Ministerio de Salud por agilizar las convocatorias para recibir presupuestos de laboratorios, la renuncia de Díaz plantea dudas sobre el futuro del organismo y la resolución de esta crisis. Mientras tanto, los empleados de la Dadse se enfrentan a la difícil tarea de priorizar casos entre cientos de pacientes, con procedimientos engorrosos y lentos.
La eliminación de oficinas descentralizadas ha dificultado aún más el acceso a la atención médica, especialmente para aquellos que viven fuera de la ciudad de Buenos Aires. A pesar de estos obstáculos, el Ministerio de Salud asegura que la renuncia de Díaz no causará demoras adicionales en los trámites en curso, aunque la incertidumbre persiste sobre cómo se resolverá esta crisis humanitaria.
