Máximo Thomsen, figura central entre los rugbiers condenados por el asesinato de Fernando Báez Sosa, busca revocar su sentencia de prisión perpetua, alegando una defensa ineficaz por parte de su abogado anterior y negando la premeditación del crimen.
En su apelación ante la Corte Suprema de Justicia Bonaerense, Thomsen, asistido por su nuevo abogado Francisco Oneto, argumenta que el juicio que lo llevó a la condena perpetua careció de pruebas concluyentes que lo vincularan directamente con el acto homicida. A su vez, cuestiona la falta de representación individualizada por parte de su antiguo letrado, Hugo Tomei, quien defendía a todo el grupo de acusados sin atender a los intereses particulares de cada uno.
La solicitud de Thomsen incluye la petición de un nuevo juicio, en el que se niega la existencia de premeditación en el crimen de Báez Sosa, argumentando que los hechos ocurrieron en un contexto de confrontación espontánea, sin un plan deliberado para causar daño.
El cambio de abogado y la estrategia legal recién adoptada por Thomsen forman parte de los esfuerzos de los condenados por desligarse del trágico suceso de enero de 2020. Su defensa ahora aguarda la resolución de la Suprema Corte Bonaerense, con la posibilidad de una ulterior apelación ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
El nuevo abogado de Thomsen, Oneto, criticó la gestión de Hugo Tomei, aún representante de la mayoría de los jóvenes involucrados, alegando que una defensa efectiva debe priorizar los intereses individuales de cada acusado en lugar de una defensa solidaria para el grupo en su conjunto.
