Un avance sin precedentes en la medicina reproductiva está en marcha: para el año 2030 se espera que funcione el primer útero artificial capaz de gestar hasta 30 mil bebés al año. Conocido como EctoLife, este proyecto promete ofrecer una solución innovadora para parejas con problemas de fertilidad, mujeres que no pueden llevar a término un embarazo y parejas del mismo sexo que desean ser padres.
Después de décadas de investigación, científicos de todo el mundo han desarrollado esta tecnología que podría revolucionar la forma en que nacen los bebés. El concepto, ideado por el biotecnólogo cineasta transhumanista Hashem Al-Ghaili, busca ofrecer a los padres la posibilidad de crear bebés a medida en un entorno controlado y seguro.
El proyecto EctoLife implicaría la construcción de una instalación con 75 laboratorios independientes, cada uno equipado con 400 cápsulas diseñadas para imitar las condiciones del útero materno. Esto permitiría incubar hasta 30,000 bebés al año, ofreciendo una alternativa viable a los métodos tradicionales de reproducción asistida.
Aunque esta tecnología plantea desafíos éticos y morales, Al-Ghaili argumenta que, al igual que con otros avances en medicina reproductiva, la aceptación eventualmente crecerá a medida que la gente se familiarice con ella. EctoLife beneficiaría especialmente a parejas con problemas de fertilidad, mujeres que han perdido el útero debido a complicaciones médicas y parejas del mismo sexo que desean tener hijos.
El proceso de gestación se llevaría a cabo dentro de cápsulas individuales, cada una equipada con sensores, cámaras y micrófonos para monitorear constantemente el desarrollo del bebé. Los padres tendrían acceso a aplicaciones que les permitirían seguir el progreso de su hijo y comunicarse con él durante todo el proceso.
Para muchos, esta tecnología representa un avance emocionante en el campo de la medicina reproductiva, ofreciendo esperanza a aquellos que luchan por concebir de manera tradicional. Sin embargo, también plantea preguntas importantes sobre el futuro de la reproducción humana y la ética detrás de la gestación fuera del útero materno.
Mientras tanto, en Argentina, la fertilización asistida ya es una práctica establecida y reconocida legalmente, brindando opciones a aquellos que buscan ayuda para concebir. La ley 26.862 garantiza el acceso igualitario a los tratamientos de reproducción asistida, ofreciendo esperanza a miles de personas en todo el país.
