En un revés significativo para el gigante farmacéutico y agroquímico Bayer, un jurado popular ha dictaminado un veredicto unánime que obliga a la compañía a pagar 2.250 millones de dólares a un hombre cuyo cáncer se atribuye al uso del polémico herbicida Roundup, fabricado por su subsidiaria Monsanto.
John McKivison, de 49 años, presentó la demanda en los tribunales de Filadelfia, argumentando que el linfoma no Hodgkin que padecía era consecuencia directa de sus dos décadas de uso del herbicida en su campo. Los abogados del demandante, Tom Kline y Jason Itkin, han calificado el veredicto como "una condena de 50 años de mala conducta por parte de Monsanto" y destacaron la indemnización por daños punitivos como un mensaje claro de que se necesita un cambio profundo en la multinacional.
Bayer, en respuesta al fallo, emitió un comunicado anunciando su intención de apelar, argumentando que el veredicto era "inconstitucionalmente excesivo" y entraba en conflicto con la evidencia científica y reguladora global sobre Roundup.
Las acusaciones se centran en el ingrediente clave del herbicida, el glifosato, introducido por Monsanto en 1974. A pesar de evaluaciones regulatorias y científicas que no clasifican al glifosato como carcinógeno, el jurado encontró a Monsanto culpable de negligencia por no advertir adecuadamente sobre los riesgos asociados con su producto.
Esta sentencia se suma a la creciente lista de demandas contra Bayer. Aunque la compañía acordó pagar alrededor de 10.000 millones de dólares en 2020 en un acuerdo con decenas de miles de demandantes, las nuevas reclamaciones siguen presentándose con resultados variados en los tribunales.
Bayer adquirió la controvertida empresa Monsanto en 2018, asumiendo la responsabilidad de los litigios relacionados con el Roundup. El caso de McKivison refuerza la necesidad de un escrutinio más riguroso sobre la industria de los herbicidas y plantea preguntas sobre la seguridad del glifosato, un tema que sigue generando debate a nivel mundial.
