Debido a los "precios elevadísimos" de los insumos y la incertidumbre sobre la continuidad de fondos nacionales, la Unión Transitoria de Empresas (UTE) a cargo de la ampliación de la planta potabilizadora en Santa Fe capital ha despedido a 27 trabajadores y mantiene a diez en tareas mínimas.
La UTE, compuesta por Obring, Supercemento y Basaa, atribuyó los despidos a desabastecimiento, altos precios de insumos, atrasos en los pagos y la postura de "obra pública cero" del presidente Javier Milei.
La obra, que tenía un financiamiento del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa) de más de 5 mil millones de pesos, se encuentra paralizada, y la incertidumbre sobre la continuidad de fondos nacionales ha contribuido a la crisis. Además, la acefalía en el Enohsa agrava la situación al no poder actuar como puente entre las empresas y el gobierno central.
La suspensión de obras públicas y la falta de claridad sobre el futuro de los proyectos bajo la nueva administración han impactado negativamente en el sector, generando desafíos económicos y laborales en Santa Fe y destacando la necesidad de soluciones y políticas claras para abordar la crisis en la construcción y la infraestructura.