En el 65 aniversario de la Revolución cubana, el gobierno lanza medidas económicas inéditas para abordar la crisis, eliminando subsidios en servicios básicos y alimentos. El plan busca estabilizar la economía, pero enfrenta críticas por su impacto en los sectores más vulnerables.
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La Revolución cubana cumplió 65 años (Foto: EFE)
Cuba conmemoró el 65 aniversario de la Revolución con el anuncio de un plan de ajuste económico que busca abordar la crisis económica y social que atraviesa la isla.
Las medidas, anunciadas por el primer ministro cubano, Manuel Marrero, incluyen la eliminación de subsidios en servicios esenciales y alimentos, un aumento en los precios de combustibles, ajustes en tarifas de luz y transporte, y cambios en la libreta de abastecimiento que subsidia productos básicos.
Según expertos, el programa, denominado "Plan de Estabilización Macroeconómica", apunta a corregir distorsiones en la economía cubana. Sin embargo, críticos sostienen que estas medidas afectarán a los sectores más desfavorecidos, ya que se espera que la inflación aumente y que el déficit fiscal alcance un 18% del PIB en 2024.
La situación actual en Cuba se caracteriza por la escasez de alimentos, productos de baja calidad, largas colas, y una disminución de productos subsidiados. La crisis, agravada por el bloqueo económico estadounidense, ha llevado a una migración significativa de cubanos a Estados Unidos, con cerca de 425,000 inmigrantes llegando entre 2022 y 2023.
La desesperanza y el desencanto entre los jóvenes cubanos se han vuelto evidentes, y muchos optan por emigrar en busca de mejores oportunidades. A pesar de la apertura para emprender en ciertos rubros desde 2021, la falta de confianza en el sistema y la difícil situación económica persisten.
El economista Omar Everleny destaca que el desequilibrio fiscal es el principal problema de Cuba en la actualidad, con un déficit estimado en un 18% del PIB para 2024. Expertos sugieren que las medidas financieras propuestas no abordan los problemas fundamentales de producción y sugieren alternativas, como el aumento de la base imponible a través de la promoción de pequeñas y medianas empresas.
El impacto del plan de ajuste se verá reflejado en el aumento de precios de los combustibles y la cadena de precios en general, afectando el poder adquisitivo de la población. Aunque el gobierno asegura mantener ayudas para los sectores más vulnerables, críticos temen un deterioro en la calidad de vida de la población debido a la emisión monetaria para financiar empresas estatales ineficientes.
