La Confederación Farmacéutica de Argentina repudia la medida y la considera un avasallamiento a la profesión; advierten sobre riesgos para la salud y circulación de medicamentos falsos
Entre los cambios significativos introducidos por el DNU se encuentran:
Descentralización: Eliminación de la obligación de realizar trámites ante los Registros Seccionales, permitiendo la gestión directa ante la Dirección Nacional o de forma remota.Ampliación de Funciones: Permite la instalación de casas o talleres de óptica en las farmacias, y aquellos farmacéuticos que también tengan título de médico u odontólogo podrán ejercer simultáneamente ambas profesiones.
Eliminación de Restricciones: Elimina la exigencia de que los medicamentos de venta libre solo puedan ser vendidos en farmacias habilitadas, permitiendo su comercialización en kioscos y vendedores en la vía pública.
Propiedad de Farmacias: Permite que las farmacias se constituyan mediante cualquier figura jurídica permitida por la legislación vigente, incluyendo sociedades anónimas.
Dirección Técnica: Farmacéuticos y bioquímicos podrán ser directores técnicos de una farmacia y laboratorio de análisis clínicos simultáneamente.
Ante estas modificaciones, la Confederación Farmacéutica de Argentina expresó su rechazo, afirmando que se busca desprofesionalizar la farmacia y privarla de su esencia como centro de salud. Además, advirtieron sobre la posibilidad de que la medida abra las puertas para la circulación de medicamentos falsos y adulterados, poniendo en riesgo la salud de las personas.
En el comunicado, la Confederación destacó que el DNU permite la propiedad de farmacias por sociedades anónimas con fines comerciales, lo cual consideran un avasallamiento a su profesión. Asimismo, criticaron la dispensación de medicamentos por parte de droguerías, rompiendo el canal tradicional de laboratorio-droguería-farmacia.
La preocupación principal se centra en que la falta de profesionalización en la gestión de medicamentos podría comprometer la calidad, origen y seguridad de los productos, afectando la confianza en el sistema farmacéutico argentino.
En medio de un fuerte aumento en los precios de los medicamentos, el presidente Javier Milei anunció un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que modifica la forma de prescribir fármacos. La medida incluye la modificación de uno de los artículos de la ley de genéricos, que ahora establece la receta electrónica y elimina el uso de formularios en papel a partir de mediados del próximo año.
Estas medidas impactarán en las prácticas de profesionales de la salud, pacientes y la industria farmacéutica, transformando las dinámicas establecidas desde la sanción de la ley de genéricos hace 21 años. Desde la oposición en el Congreso Nacional cuestionan la necesidad de estas modificaciones por decreto.
El presidente de la Federación Argentina de Cámaras de Farmacias (Facaf) solicitó una audiencia urgente con las nuevas autoridades del PAMI para discutir el acceso a medicamentos.
La modificación de la ley de genéricos se produce en un momento en que los precios de los medicamentos han experimentado un aumento significativo. Un estudio reciente del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (Ceprofar) indicó que, en medio de la fuerte subida del dólar, los medicamentos se encuentran entre los productos con mayores aumentos, con alzas promedio del 300% en el año.
La diputada nacional Mónica Fein, del socialismo, criticó la modificación de la ley de genéricos mediante un DNU, argumentando que no hay necesidad ni urgencia para cambiar esta ley y que debería ser tratada en el Congreso. Considera que es un atropello a las instituciones democráticas, especialmente en un contexto de aumento del 300% en el valor de los medicamentos.
El DNU también introduce la "establecimiento de la receta electrónica para agilizar el servicio y minimizar costos". Las recetas deberán ser redactadas y firmadas exclusivamente a través de plataformas habilitadas, y se espera que la digitalización total esté en funcionamiento antes del 1 de julio de 2024.
Este paquete de medidas ha generado controversias y críticas desde diversos sectores, marcando un cambio significativo en la regulación de la prescripción y dispensación de medicamentos en Argentina.
