El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva de amplio alcance con el objetivo de establecer un marco regulatorio nacional para la Inteligencia Artificial (IA), buscando restringir de manera directa la capacidad de los estados de imponer sus propias normas sobre el sector. La decisión presidencial apunta a unificar el panorama normativo en el país y es vista como una victoria para las grandes empresas tecnológicas que cuestionaban la estricta regulación a nivel estatal.
📌 El argumento detrás de la unificación regulatoria
El decreto firmado por Trump critica abiertamente la proliferación de legislaciones estatales, argumentando que están generando un "mosaico de 50 regímenes regulatorios diferentes" que dificultan el cumplimiento normativo. Según el texto, esta fragmentación es particularmente perjudicial para las empresas emergentes y frena la capacidad de innovación.
El presidente enfatizó la necesidad de una regulación "mínimamente gravosa" para garantizar el éxito de las compañías de IA estadounidenses, sosteniendo que deben "tener la libertad de innovar sin una regulación engorrosa". Además, la orden ejecutiva señala que algunas leyes estatales podrían estar imponiendo "sesgos ideológicos" en los modelos de IA.
🏛️ Desafío a las leyes estatales y posibles sanciones
Para asegurar la primacía del estándar federal, la orden ejecutiva no solo sienta la política nacional, sino que también instruye a la fiscal general, Pam Bondi, a crear un grupo de trabajo de litigios sobre IA. La función exclusiva de esta unidad será impugnar las leyes estatales que regulen el desarrollo y uso de la inteligencia artificial y que no se ajusten a la política federal.
Adicionalmente, el documento advierte que los estados que no se alineen con la política federal podrían enfrentar sanciones financieras. Una de las posibles consecuencias es la pérdida de fondos del Programa de Acceso e Implementación de Banda Ancha Equitativo, un plan federal clave destinado a expandir el acceso a internet de alta velocidad en todo el territorio.
💬 El impacto en las tecnológicas y las críticas
Esta decisión ha sido bien recibida por gigantes tecnológicos como OpenAI y Google, que ven la unificación como un impulso a su competitividad. En mayo pasado, el director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, ya había advertido al Congreso que un enfoque regulatorio fragmentado "debilitaría significativamente la competitividad" de las empresas de Estados Unidos en el ámbito global.
Sin embargo, la medida generó también críticas. Varios estados ya habían avanzado con legislación propia ante la falta de una ley federal. Los detractores de la orden presidencial alertan que una desregulación excesiva podría permitir a las compañías de IA "evadir responsabilidades" en caso de que sus herramientas causen daños significativos a los consumidores, priorizando la innovación sobre la protección.
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