La emblemática cooperativa SanCor se encuentra al borde del colapso, lo que llevó a sus trabajadores a tomar una medida drástica: solicitar la quiebra de la empresa. La decisión fue votada por unanimidad en una asamblea extraordinaria de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) y será formalizada ante el juzgado de Rafaela, donde ya se tramita el concurso preventivo. Esta figura legal, conocida como "quiebra con continuidad de la explotación", busca preservar los establecimientos y los puestos de trabajo mientras se exploran opciones de gestión o el ingreso de nuevos inversores.
Deudas Millonarias y un Concurso sin Rumbo
Los trabajadores denunciaron que SanCor adeuda salarios desde abril, el aguinaldo del primer semestre y aportes sociales, lo que evidencia la "impotencia patrimonial, la insolvencia generalizada y la cesación de pagos" de la cooperativa. Según Atilra, la deuda laboral solo en los últimos cinco meses supera los $14.000 millones, sumándose a los $69.000 millones en créditos laborales preconcursales que la empresa ya reconoce. Pese a las más de 2.500 intimaciones de pago, la compañía no ha respondido a los reclamos.
El concurso de acreedores, iniciado a comienzos de año, no ha logrado avances significativos. SanCor no ha presentado un plan de reestructuración ni ha convocado a los principales actores del proceso, lo que agrava la situación. La falta de transparencia y de conducción de la cooperativa ha sido cuestionada incluso por abogados de los acreedores, quienes advierten que, de declararse la quiebra, "ni trabajadores ni productores van a cobrar un peso", y solo lo harán el Estado y algunos acreedores privilegiados.
Producción Paralizada y un Futuro Incierto
El deterioro de la actividad productiva es evidente: SanCor procesa apenas 50.000 litros diarios de leche, un volumen insignificante en comparación con su capacidad histórica. El 90% de sus plantas industriales permanecen inactivas, y en el último año, la empresa perdió 500 puestos de trabajo, lo que dejó su dotación actual en 850 empleados. La única excepción es la planta de Devoto, en Córdoba, que opera parcialmente gracias a un acuerdo de producción a fasón con la firma Elcor, para la elaboración de mantecas y cremas. Sin embargo, este acuerdo es insuficiente para revertir la crisis.
Fundada en 1938, SanCor fue en su momento la mayor láctea del país. Hoy enfrenta una crisis estructural que se arrastra desde hace más de una década, agravada por una millonaria deuda de USD 18 millones que el gobierno venezolano nunca saldó por la compra de leche en polvo. A pesar de los múltiples intentos de rescate con capitales nacionales y extranjeros, como Adecoagro y Fonterra, y un fideicomiso respaldado por el gobierno en 2021, todos los esfuerzos fracasaron por falta de consenso y dudas sobre el pasivo real.
La decisión de los trabajadores marca un punto de inflexión. El futuro de SanCor ahora depende de la resolución de la Justicia y de la aparición de inversores dispuestos a rescatar a la cooperativa que, de no encontrar una solución, podría desaparecer para siempre.
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