"Crecimiento alarmante de adicciones en situación de calle: "Hay chicos adictos, con padres adictos y abuelos adictos""

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La ciudad de Rosario enfrenta un crecimiento en el número de personas en situación de calle, una realidad que se agrava por el consumo problemático y la desintegración familiar. Mariana Mena, coordinadora del refugio Madre Teresa Lourdes, ubicado en Montevideo entre Riccheri y Ovidio Lagos, lo vive día a día y advierte sobre el panorama que se ha intensificado en el último tiempo.

La labor diaria en el refugio

Cada jornada en el refugio Madre Teresa Lourdes empieza con un desayuno compartido, donde la consigna principal es llamarse por el nombre, un gesto para devolver la "capacidad de escuchar su nombre" y su "subjetividad total" a quienes la calle ha despojado de su identidad. El centro, que nació durante la pandemia, asiste hoy a entre 25 y 30 personas diariamente, convirtiéndose en un "segundo hogar" con reglas claras: "no se grita, no se pelea, se habla para resolver los conflictos". Mena enfatiza: "Ahí adentro no hay negros, ni villeros, ni drogadictos. Todos somos iguales".

La mayoría de quienes asisten cargan con historias de consumo problemático y violencia familiar que se repiten en el tiempo. "Un gran porcentaje tienen historias atravesadas mucho por el consumo problemático. Nosotros tenemos chicos adictos, con padre adicto y con abuelo adicto. Tenemos chicos que salen de la cárcel, con padre preso y con abuelo preso. Hay como una descomposición del núcleo familiar muy grande y mucho consumo", relató Mariana en diálogo con "Carlito y Monumento", el programa matutino de Brindis TV.

Si bien las últimas cifras municipales indican unas 800 personas en situación de calle en Rosario, Mariana cree que "deben ser más" debido al contexto económico y a que las adicciones "exacerbaron lo que ya se estaba cocinando". Señala además la creciente llegada de personas de localidades vecinas, donde el Estado municipal no tiene la misma estructura de asistencia. Otro punto de preocupación es la depresión no diagnosticada en muchos varones, que carecen de herramientas emocionales para pedir ayuda. "A los hombres no se los educa para hablar de lo que sienten. Y si uno dice que está deprimido y no fue a trabajar, lo tildan de vago", advierte Mena.

A pesar de los desafíos, el refugio celebra pequeños triunfos: "El año pasado fue muy bueno. De 25 chicos, 12 volvieron a trabajar. Esto les permite muchas veces rearmar su vínculo familiar". Mariana aclara que el objetivo no es siempre "sacarlos de la calle", sino "mejorarles la calidad de vida para que después puedan hacerlo. Capaz que no salen nunca, pero pueden tener una vida más tranquila y ordenada". Es fundamental que todos los asistentes al Madre Teresa Lourdes "tienen su documentación, el calendario de vacunación al día, si estuvieron en la cárcel tienen todos los papeles".

El trabajo, sin embargo, no es lineal. Mariana recordó un día particularmente difícil, donde pensó "No les abriría nunca más a estos", pero un mensaje de su compañera sobre el agradecimiento de un ex residente, que había logrado formar una familia, le hizo entender que "Entonces se te pasa. Se te pasa".

El arte como herramienta de transformación

Más allá de las necesidades básicas, el equipo de voluntarios del refugio, que incluye una abogada y una ingeniera, incorporó el arte como un pilar fundamental para "restaurar la dignidad, el deseo y la posibilidad de proyectar". Mena, quien confiesa no saber de arte, se preguntó: "Yo no sé nada de arte, pero sé que cuando voy al teatro o escucho música salgo mejor. Entonces, ¿por qué no podrían tener acceso ellos también?".

El centro ofrece talleres de carpintería, arteterapia, teatro, sesiones con psicólogos y, sorprendentemente, clases de inteligencia artificial, abriendo "una puerta al mundo digital" para quienes suelen estar excluidos.

"La calle no me define": el arte que trasciende barreras

Hace unos años, un grupo del centro de día tuvo su primera experiencia en un museo, visitando el Museo Castagnino. La emoción y la incredulidad inicial de "¿Nos van a dejar pasar?" dieron paso a la curiosidad y la alegría. Esta visita fue parte de los talleres de arte y dio origen al proyecto "La calle no me define", que ha trascendido fronteras.

El proyecto se divide en etapas claras: primero, los usuarios del refugio crearon frases que representan su voz; luego, tras la visita al Castagnino, elaboraron sus propias obras asistidos por el Departamento Educativo del museo. En la tercera etapa, doce obras fueron digitalizadas y combinadas con las frases, para luego ser impresas como afiches, con el apoyo de la UNR. Estos afiches fueron utilizados en una acción urbana de arte callejero en puntos estratégicos de la ciudad.


"La calle no me define" es un proyecto "bidireccional": no solo mejora la experiencia artística, creativa y emocional de las personas en situación de calle, sino que también "amplía los márgenes de tolerancia y empatía emocional de las personas que "no están en situación de calle", al encontrarse en vía pública las obras del proyecto".

Cómo colaborar con el refugio Madre Teresa Lourdes

Mariana Mena explicó que, además de las donaciones de ropa de abrigo y frazadas, son muy útiles los objetos de bazar para quienes logran conseguir una vivienda. Resaltó un punto crucial: la importancia de que la gente se acerque al refugio "solo para charlar". Este simple acto de "sentarse con ellos a charlar" puede contrastar con la discriminación que a menudo sufren, demostrando que "cada gesto cuenta".

Para quienes deseen colaborar, pueden comunicarse a través de las cuentas de Instagram: instagram.com/madreteresalourdes o instagram.com/lacallenomedefine.

Datos sobre la situación de calle en Rosario

Nicolás Gianelloni, secretario de Desarrollo Social del municipio, confirmó que las estimaciones oficiales sitúan en unas 800 las personas en situación de calle en Rosario, cifra que "creció de manera sostenida en el último año y medio". Se han atendido "más de 2.000 situaciones" a partir de reportes vecinales.

El municipio, en articulación con el gobierno provincial y más de 30 ONGs, ha puesto en marcha el "Operativo Invierno" desde mediados de mayo, que refuerza los refugios y suma un nuevo espacio en la zona sudeste. Los ciudadanos pueden reportar casos a través del Munibot, el 147 o la página web municipal rosario.gob.ar, con equipos de guardia disponibles las 24 horas. A pesar de los esfuerzos, las "imágenes de personas durmiendo en la calle" en el centro rosarino "reflejan una realidad que interpela y para la que parece no haber respuestas suficientes".

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