130 familias no pueden ocupar sus nuevas casas en Rosario debido a la falta de potencia eléctrica de la EPE, generando urgentes reclamos.

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Un total de 130 familias de Rosario se encuentran en una situación desesperante: no pueden mudarse a sus nuevos departamentos, a pesar de que el edificio está completamente terminado. El motivo es una demora crítica en las obras de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), que aún no ha provisto la suficiente potencia eléctrica en la zona.

Los departamentos, ubicados en San Juan 1171, han estado listos para ser habitados desde hace meses. Sin embargo, la ausencia de suministro eléctrico adecuado impide la ocupación de las viviendas. Para muchas de estas familias, que en algunos casos adjudicaron sus unidades hace más de cinco años, esta situación se traduce en tener que seguir alquilando y enfrentando costos elevados, con la inminente renovación de contratos en los próximos meses.

Agotados por la espera, los adjudicatarios de la Cooperativa de Vivienda Rosario elevaron su reclamo frente a la sede de la EPE, ubicada en Oroño al 1260, desplegando un pasacalle para visibilizar su problemática. A pesar de que el inmueble ya cuenta con servicios de agua y gas, la falta de acción por parte de la EPE los mantiene en vilo, sin una fecha cierta para la finalización de los trabajos.

"Tengo que renovar el alquiler en dos meses y los gastos por el nuevo contrato son muy altos. Es injusto afrontar esta situación porque ya tengo mi casa propia, pero no la puedo habitar", lamentó uno de los afectados, reflejando el sentir generalizado entre los vecinos.

Si bien la EPE retomó las tareas de tendido de cables de media y baja tensión tras un reclamo en abril, aún no ha avanzado en la instalación de una subestación eléctrica. Esta infraestructura es vital para abastecer no solo a este edificio, sino también a otras construcciones finalizadas o en proceso en el microcentro rosarino. La comisión directiva de la cooperativa ha realizado múltiples gestiones ante la empresa para obtener información y plazos, pero hasta el momento, no han recibido respuestas concretas.

La situación genera una paradoja en la ciudad, ya que mientras el municipio incentiva la construcción en la zona central con habilitaciones de más pisos, repavimentación y remodelación de plazas, la EPE deja desamparados a quienes apuestan por habitar el barrio, postergando inversiones necesarias por años. Las familias exigen una pronta solución a este inconveniente.

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