La joven boliviana Jade Callaú, de 21 años, exreina de belleza y conocida por sus apariciones en realities y desfiles, protagonizó un caso que conmocionó a la región. Fue detenida junto al piloto brasileño Carlos Costas Díaz, de 52 años, luego de que la avioneta en la que viajaban se quedara sin combustible y aterrizara de emergencia en Holt Ibicuy, en el Delta del Paraná, provincia de Entre Ríos.
La aeronave, un Cessna 210 con matrícula boliviana ploteada falsamente como argentina, transportaba diez bultos con 359 kilos de cocaína, cuyo destino habría sido Buenos Aires. Según el ministro de Seguridad de Entre Ríos, Néstor Roncaglia, la operación fue detectada gracias a un trabajo coordinado entre la Policía provincial y Gendarmería Nacional. "Se incautaron más de cinco millones de dosis de droga, valuadas en 2,3 millones de dólares", explicó Roncaglia en conferencia de prensa.
El caso se encuentra bajo investigación de la Justicia Federal, a cargo de la jueza Analía Ramponi, quien dispuso el secreto de sumario. A pesar de este hermetismo, se conoció que la avioneta había recorrido más de 1500 kilómetros desde Bolivia. El aterrizaje forzoso en una zona rural cercana a un campo de maíz y soja frustró el plan.
De Miss a acusada de narcotráfico
Jade Callaú, conocida en su país como “Chabela”, ganó notoriedad en 2019 tras ser coronada como “Miss FexpoBorja”. Fue destacada como una joven de "estatura aceptable, porte de reina y una sonrisa encantadora", según la organización del certamen. Además, tuvo apariciones televisivas en Bolivia, incluyendo un programa en Trinidad en 2024. Sin embargo, su nombre ahora está ligado a un oscuro capítulo de narcotráfico.
Una de las hipótesis apunta a que Callaú tendría vínculos familiares con un importante capo narco boliviano. En redes sociales, solía mostrar una vida de lujos y viajes, con una enigmática frase en su biografía de TikTok: “Aquí soy otra y allá soy alguien”.
El destino de los detenidos
Tras ser arrestados, Callaú y Costas Díaz fueron trasladados al penal de Ezeiza, dejando varias incógnitas sobre la operación. Se investiga si había cómplices esperándolos en Buenos Aires. Lo que está claro es que el glamour de los certámenes de belleza quedó atrás, dando lugar a un panorama sombrío en una de las cárceles más duras de Argentina. Mientras tanto, la Justicia Federal y la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) siguen adelante con las investigaciones.
El caso de Callaú simboliza una caída abrupta desde los escenarios y pasarelas hasta un proceso judicial que podría marcar su vida para siempre.