En el año 2015 viajamos al Sur Argentino. La idea era recorrer unos 4.500 km, desde la costa hasta la Cordillera. Así que visitamos fantásticos lugares en las provincias de Rio Negro, Chubut y Neuquén. Vení, acompañanos en este recorrido que empieza en Buenos Aires y sigue hasta nuestro primer destino: Puerto Madryn.
El viaje comenzó en Buenos Aires, por la RP 51 en dirección sur, pasando por Cañuelas, Lobos, Azul, Olavarría, Coronel Pringles hasta llegar a la ciudad de Bahía Blanca. Fueron unas 8 horas por una ruta en buenas condiciones, para recorrer los casi 650 km. Allí hicimos noche y al día siguiente hicimos otros 420 km hasta la localidad de Las Grutas en la provincia de Rio Negro (RN 22 y RN 251). Trayecto que se realiza en otras 5 hs.
Las Grutas
Una hermosa villa balnearia en la provincia de Rio Negro y tal vez la más importante de la costa patagónica y el segundo centro turístico detrás de San Carlos de Bariloche. Con tranquilas aguas azules y cálidas, ya que gracias a su ubicación en el Golfo de San Matías, prevalecen las cálidas corrientes del norte por sobre las frías del sur, generando una temperatura agradable para el turismo y un microclima ideal para la fauna marina durante todo el año. Su población aumenta anualmente y sus construcciones de casas blancas, que se extiende a lo largo de toda la costa, le dan una vista estilo Mediterráneo. Hace décadas, la ciudad fue visitada por el artista Carlos Páez Vilaro y usó la misma técnica de construcción para su Casa Pueblo en las cercanías de Punta del Este.
Uno de los rasgos característicos de la localidad son sus acantilados, sobre la cual está asentada la ciudad. Allí se forman grutas debido a la erosión marina que le dan nombre a la ciudad. Este es un lugar ideal para vacacionar en un ambiente sano, seguro y tranquilo y podés encontrar varios sitios para visitar: desde los distintos paradores con amplias playas, hasta su lindo centro comercial. Pero tal vez, la actividad más atractiva sea el buceo, que debido a la transparencia y calidez de sus aguas se puede realizar durante todo el año. La pesca es otra de las actividades que se puede realizar, sea desde la costa o estando embarcado, así que es cuestión de animarse.
Cerca de Las Grutas hay una elevación natural de 100 mts de altura llamado Fuerte Argentino que dá una imagen de gran balcón con vista al Golfo San Matías. Habitado por aborígenes, piratas, militares y científicos, se puede descubrir allí un paisaje de gran belleza. Quienes logran escalarlo, les resulta fácil imaginarse relatos e historias antiguas.
Uno de esos relatos afirma que luego de la crucifixión de Cristo, el Cáliz Sagrado, pasó del Apóstol Felipe a María Magdalena, llegando después hasta José de Arimatea que viajó al sur de Francia donde lo escondió. Siglos más tarde, la reliquia es hallada y llevada a un poblado en las islas británicas por el Caballero Parsifal, quien se decía que era descendiente directo de José de Arimatea. Cuenta la historia, que después de una lucha marítima y tras navegar sin rumbo durante mucho tiempo, Parsifal llega a una costa desconocida desde donde divisa un fuerte y al amanecer, los tripulantes del navío se encontraron encallados en un lugar totalmente seco porque la marea se había retirado en forma sorpresiva, tal como sucede en Las Grutas, donde fue recibido por los lugareños. Parsifal escucha la orden de volver a su tierra en busca del Cáliz para esconderlo en este misterioso fuerte. Años después, Parsifal cumple la orden y lleva la reliquia a la costa patagónica.
Después de conocer el Fuerte Argentino, quienes conocen esta leyenda consideran que en algún momento de la historia el Cáliz Sagrado estuvo en este rincón Patagónico y al día de hoy lo siguen buscando. Estará allí?
Camino a Puerto Madryn
Saliendo de Las Grutas y después de recorrer 250 km, por la RN3, llegamos hasta Puerto Madryn en la provincia de Chubut, considerada la puerta de entrada a Península Valdés. Llegar a Puerto Madryn desde Buenos Aires, te va a tomar casi 16 horas para cubrir los más de 1.300 km. Se puede hacer de tirón? Sí, claro que se puede, pero te recomiendo descansar un poco.
Puerto Madryn nació el 28 de Julio de 1865, cuando llegaron a sus costas 150 marinos galeses acompañados por sus familias, en un velero llamado Mimosa. Atrás dejaron las minas de carbón de Gales y sus luchas contra los ingleses que les prohibían enseñar su idioma en las escuelas.
El nombre de la ciudad viene de Sir Love Jones Parry, barón de Madryn en Gales, uno de los promotores de la colonización galesa en la Patagonia. La ciudad creció mucho gracias a su fauna marina que acá encontró su hábitat natural. Eso hizo que llegaran buques de turismo con cientos de personas para visitarlos en la temporada estival. Uno de éstos animales es la Ballena Franca Austral que regresa a éstas aguas, entre mayo y diciembre, para aparearse y procrear y de verlas en su ámbito natural es un verdadero espectáculo.
Este pueblo galés, de origen celta, construyó capillas protestantes y adventistas con el fin de no olvidar sus tradiciones y aún siguen con sus costumbres. La bandera galesa tiene una imagen de un Dragón Rojo que fue adaptado a la Bandera Argentina. Esta bandera la muestran con orgullo los galeses de Puerto Madryn ya que éste fantástico animal es el símbolo de la población galesa que demuestra que a pesar de los problemas, ellos siempre se levantarán con la cabeza en alto para terminar lo que se dejaron inconcluso o fue interrumpido en algún momento.
Puerto Madryn tiene varios sitios para visitar, como por ejemplo:
Paseo por la costanera: Recomendamos recorrer el paseo marítimo en la avenida principal de punta a punta, desde el Monumento del Indio hasta el muelle, ya que está lleno de cafés, restaurantes, centros comerciales y negocios de recuerdos, además de espacio para paseos y descanso, juegos para chicos y rampas de skaters. Es una distancia larga si te gusta caminar pero vale la pena, aunque también podes hacerlo en coche.
Monumento del Indio Tehuelche: Es un mirador al sur de la ciudad. Se encuentra sobre una rotonda mirando hacia al mar desde las alturas de una colina. La vista panorámica que se tienen desde el golfo y la ciudad son excelentes. Como dijimos antes, podes ir caminando, en coche o también en bici.
El Ecocentro: es un espacio cultural dedicado al mar, donde se realizan charlas, conferencias y presentaciones relacionadas con el mar. Lo mejor es su ubicación, sobre un acantilado al sur de la ciudad, con unas vistas impresionantes del mar, a quien se le rinde tributo. El edificio tiene un mirador con una panorámica increíble.
Museo Provincial de Ciencias Naturales y Oceanográfico: Conocido como El Castillo de Madryn, era un antiguo chalet de una familia tradicional. Este museo trata sobre el Hombre y el Mar. Acá podes ver también animales disecados, desde un avestruz y un pingüino, hasta la estrella del lugar: un calamar gigante. La sala dedicada a la Ballena Franca Austral es esencial para conocer sobre este visitante de las costas.
De esta hermosa ciudad nos fuimos hacia Punta Loma, una reserva de lobos marinos de un pelo que se encuentra a sólo 17 km de Puerto Madryn. La playa de canto rodado, grava y arena es una entrada en la inmensidad del mar rodeado por acantilados. Desde ahí se los puede ver gritando y jugando en el mar mientras otros se dedican a descansar. Quédate un rato y disfruta de éste espectáculo natural en donde las gaviotas se acercan para robar las sobras que dejaron caer los leones marinos.
Puerto Pirámides
Al norte de Puerto Madryn está Puerto Pirámides, a unos 90 km por la RN3 y luego la RP2. Ubicado el Golfo Nuevo de Península Valdés. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y es una de nuestras reservas naturales más importantes. Antes de llegar hay un puesto de control y se debe pagar un ingreso. Más adelante está el centro dei información de visitantes que dispone de mapas, folletos, referencias del lugar y un mirador.
Puerto Pirámides tiene mucha actividad turística debido a su gran atractivo: el avistaje de la Ballena Franca Austral. Año tras año se reúnen en el golfo para la época de apareamiento y crianza y si bien se las puede ver desde la costa, es recomendable embarcarse y verlas disfrutar en su ambiente natural. Las primeras ballenas llegan desde mayo y se quedan hasta diciembre. La mejor época para el avistaje es entre septiembre y octubre y durante ese período, unos 500 ejemplares permanecen cerca de la costa y algunas se acercan a los barcos, muchas veces acompañadas por sus crías. El espectáculo es asombroso. Verlas nadar enseñando sus aletas laterales, agitando sus gigantes colas a modo de saludo o dando impresionantes saltos sobre las aguas y dejando caer sus cuerpos gigantescos es una experiencia inolvidable. Por ellas, año tras año llegan a éste lugar cientos de turistas solo para disfrutar de éste asombroso espectáculo.
En 1972, llegó a Puerto Pirámide, Jacques Cousteau a bordo de su buque insignia: El Calypso y vio que en el área solo se encontraban ballenas que se dirigían al Golfo San José, para aparearse y tener a sus crías. En ese momento, algunos de los buzos vieron el interés que ellas despertaban en los pocos turistas que visitaban el área y comenzaron a realizar algunas excursiones. Al año siguiente llegaron al Golfo Nuevo las primeras cuatro hembras con crías que permanecieron toda la temporada. Luego se creó la primera empresa de avistaje de ballenas y actividades náuticas del puerto, que en ese entonces no llegaba a los ochenta habitantes.
Punta Tombo
También nos fuimos hasta Punta Tombo, para visitar la colonia de Pingüinos de Magallanes más grande del continente. Así que hicimos unos 190 km por RN3 (los últimos 30 km de ripio firme) hasta llegar donde vive esa colonia, que según datos oficiales, unas 100.000 personas visitan la zona cada año.
Al llegar, ves una amplia playa pedregosa de 3 km de largo por 600 m de ancho, donde cada año se reúnen más de un millón de pingüinos para aparearse y criar las nuevas generaciones, lo que la convierte en la mayor pingüinera del continente. Esta playa resiste la erosión marina y naturalmente se creó una zona ideal para que los pingüinos excaven sus nidos. La pendiente suave de la playa facilita el desplazamiento terrestre de las aves que varias veces al día efectúan el trayecto entre los nidos y el mar para alimentarse.
Los pingüinos machos llegan a las playas a fines de septiembre y reacondicionan el mismo nido que utilizó la familia año tras año. Un mes después llegan las hembras y con gritos y graznidos encuentran a su pareja del año pasado, quien ya la espera con el nido limpio y ordenado como debe ser. Después del cortejo, ella pondrá un máximo de dos huevos que empollarán en forma alternada durante 40 días, ya que cualquier descuido es aprovechado por depredadores para alimentarse de los huevos o las crías. A fines de abril, los pichones ya saben nadar y alimentarse por sí mismos y junto a sus padres emprenderán su recorrido anual por el Atlántico.
Los pingüinos, si bien están alertas a la presencia humana no se asustan ni abandonan sus nidos, por lo que la interacción con ellos es directa, pero cuidado al acercarte ya que sus picos son afilados como navajas y podrían lastimarte. Es por eso que para evitar accidentes y perjuicios a los animales, se construyeron pasarelas, que permite a los visitantes, circular por la zona sin el peligro de derrumbar a su paso las cuevas. Es un paseo fantástico que deberías hacer.
Gaiman
Ya en los últimos días de visita de la zona costera fuimos a la localidad de Gaiman. Así que tomamos otra vez la RN3 y recorrimos los 65 km hasta Trelew y luego la RN 25 para hacer los últimos 20 km que nos separan de la localidad. Su ubicación en la meseta patagónica hace que tenga un clima seco y frío en invierno y templado en verano.
La localidad se hizo famosa por haber recibido a la Princesa Diana Spencer, el 25 de noviembre de 1995. Ese día, con la intención de agasajarla y que se reencontrara con vestigios de la tierra de la casa real que representaba y por haber estado casada con el príncipe de Gales, los vecinos de Gaiman llevaron a Lady Di a la casa de té más tradicional del pueblo llamada Ty Te Caerdydd. Pero al día de hoy los lugareños repiten como un mantra: “Diana tomó el té acá, pero no comió la torta galesa”.
En Gaiman, en la actualidad aún se enseña el galés en los colegios, hay oficios religiosos que siguen las costumbres de los colonos que fundaron el pueblo, se mantienen los nombres de las calles en galés y se disfrutan las tradiciones culinarias de su herencia europea y entre las atracciones turísticas están sus capillas que fueron el centro de la vida de la colonia.
En 1880 se construyó la Capilla Vieja, al lado de la cual se encuentra la Capilla Bethel que aún hoy se puede visitar.
El viaje continúa. Atrás quedó la costa patagónica y recorremos un largo trayecto hasta la Cordillera de los Andes para visitar Esquel, El Bolsón, Trevelin y Lago Puelo.
Seguí con nosotros que te mostramos las bellezas que pudimos conocer en ésta fantástica zona.
Camino a Esquel
Dejamos la ciudad de Puerto Madryn y nos dirigimos hasta Esquel. El trayecto te lleva unas 8 horas para recorrer los casi 700 km, por la RN 25 y luego la RN 40. Esta la única ruta que atraviesa la provincia de este a oeste, por lo que te conviene tener paciencia y descansar de vez en cuando porque el trayecto es largo y monótono.
La ciudad de Esquel se encuentra ubicada en una depresión de cerros que la rodean y es una de las más importantes de la cordillera chubutense.
Fundada en el año 1906 cuando llegó el telégrafo, su nombre es una palabra tehuelche que significa Abrojal y en torno a ella se elevan el Cerro Nahuel Pan, el Cordón Esquel y el Cerro La Hoya donde está el centro de esquí de la ciudad. Esquel se integra a la Comarca Los Alerces, junto a los pueblos de Trevelin, Tecka, Corcovado y Cholila, formando parte del Corredor de los Lagos que llega hasta San Martín de los Andes y Bariloche.
Desde acá parte el tren más famoso de la Patagonia: La Trochita, un verdadero museo rodante, con vagones antiguos, cómodos y bien cuidados, tirados por máquinas a vapor Balwin y Henschel fabricadas en 1922 y que aún circula sobre vías de 75 cm de ancho. En ésta reliquia rodante se siente como se viajaba hace 60 años, lo que convierte el trayecto en toda una aventura.
Uno de esos recorridos se realiza hasta Ingeniero Jacobacci en Río Negro a 400 km de distancia y otro va hasta Nahuel Pan a 18 km, en donde reside una comunidad Mapuche-Tehuelche. Allí, mientras el tren realiza maniobras para el regreso, podés visitar el Museo de Culturas Originarias para disfrutar de artesanías de plata, madera y textiles realizadas por la población local.
El tren circula todo el año y en el invierno es posible recrear los épicos viajes de los pobladores que desafiaban a la nieve y el frío a bordo del tren, calefaccionados con salamandras a leña que aún funcionan a la perfección. Pero además de disfrutar del viaje, acercate al coche comedor para probar las exquisiteces locales, sobre todo los chocolates y las tortas galesas.
Declarado Monumento Histórico Nacional en 1988, su historia está contada en el libro La Trochita de Ezequiel López. Si tenes oportunidad de recorrer el circuito de La Trochita, no te lo pierdas, pero vas a tener que reservar lugares con anticipación debido a la gran demanda turística que existe.
A solo 12 km de Esquel está el Centro Invernal La Hoya. Cuenta con 30 pistas con distintos grados de dificultad: desde suaves pendientes, ideales para principiantes hasta abruptas caídas y recorridas extensas para los más experimentados amantes del esquí y el snowboard. La Hoya inició sus actividades en 1974 y la temporada suele ir desde fines de junio hasta mediados de octubre. El complejo cuenta con las tarifas más bajas del país y por su ubicación permite que las pistas reciban poca insolación, creando buenas condiciones para la formación de nieve en polvo que lo hace atractivo.
Muy cerca de Esquel está la localidad de Trevelin por la RN 259. Su nombre viene del galés Pueblo del Molino y antes de su denominación actual el valle se llamaba Valle Hermoso, nombre que le dieron los primeros colonos galeses. En 1918, el galés John Evans, inauguró el primer molino para moler trigo ya que muchos agricultores tenían buenas cosechas. Esto lo convirtió en el más importante de la zona y dio nombre a la localidad.
Gracias a sus colonos, el pueblo posee una rica cultura celta que perdura hasta la actualidad como su idioma, sus cantos y sus bailes tradicionales. Algunos edificios históricos y museos conservan su aspecto original que relatan los primeros años de la colonia en estas tierras. Museos y capillas, resumen más de un siglo de presencia galesa en Esquel y Trevelin, al tiempo que permiten conocer cómo vivían los pioneros de la Patagonia. Vestidos, maquinarias y utensilios de la vida diaria pueblan los museos, mientras que el antiguo molino harinero, Nant Fach, invita a descubrir una actividad que distinguió a la región.
El Molino aún exhibe elementos de uso diario de los galeses de principios del siglo XX, como instrumentos musicales, vitrolas, órganos, máquinas de coser, máquinas agrícolas de la época y carruajes. Además aún se fabrica harina de primera calidad, gracias a la propulsión generada por el movimiento del agua del arroyo.
Dentro de la renovación del sitio también se encuentra en el lugar, la recreación de un galpón de herrería y un viejo almacén de ramos generales. Hoy está regenteado por Mervin Evans, bisnieto del pionero galés, quien cuenta historias relacionadas con la producción del trigo.
La Capilla Bethel de Trevelin, es el templo más antiguo de la región cordillerana y fue la primera capilla construida por los galeses que llegaron a la zona. La escuela N° 18 fue una de las primeras de la cordillera.
El 30 de abril de 1902, la población galesa, realizó el primer plebiscito eligiendo ser parte de Argentina ya que Chile quería estos territorios. La resolución del arbitraje estuvo a cargo de la comisión de límites integrada por Francisco Pascasio Moreno, Sir Thomas Holdich y un representante chileno, quienes resolvieron el conflicto basándose principalmente en la tesis de altas cumbres y no en la de divisorias de agua.
John Evans también fue un cazador y un explorador y en una oportunidad salió junto a un grupo de amigos en busca de oro en distintas áreas de la Patagonia. Tiempo después de recorrer sitios fueron atacados por indios. Tres de sus compañeros fueron asesinados en un sitio llamado El Valle de los Mártires y Evans logró escapar montando en su caballo El Malacara, tomando la única vía de escape disponible: saltar una cuesta de 4 metros de profundidad. El caballo dio ese salto con éxito, logrando llegar al otro lado de la cuesta y escapando de sus perseguidores que no pudieron seguirlo, salvando de esa forma su vida. Maltrechos y lastimados logran regresar a salvo al pueblo. El Malacara muere de viejo a la edad de 31 años y Evans lo sepulta en su patio de Trevelin. Sobre su tumba escribe: “Aquí yacen los restos de mi caballo Malacara, que me salvó la vida en el ataque de los indios en el Valle de los Mártires el 03/04/84 al regresarme de la cordillera. RIP, John Daniel Evans”.
Hoy la tumba de El Malacara es uno de los atractivos de Trevelin.
Les dejo un video de Mario Markic cuando visitó Trevelin y mostró uno de los molinos de la zona
Pero hasta acá llegamos hoy con ésta parte del recorrido
La próxima semana visitaremos más lugares de nuestra extraordinaria Patagonia
Los esperamos
Oscar Mira | Periodista | Escritor
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