La Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) ha desmantelado una red de trata que operaba tanto en Buenos Aires como en Rosario.
Se llevaron a cabo alrededor de veinte operativos en los cuales se detuvo a 17 personas de nacionalidad argentina y colombiana que captaban a jóvenes para transmisiones en redes sociales a cambio del pago en dólares. Sin embargo, las mujeres que participaban en estas actividades cayeron en una trampa de la que les resultó difícil escapar.
La red se centraba en atraer a jóvenes para realizar transmisiones en vivo en línea a través de plataformas de streaming. Inicialmente, la propuesta consistía en ganar dólares por realizar contenido frente a una cámara, que no necesariamente tenía que ser de índole sexual. No obstante, con el tiempo, el contenido sexual se volvió obligatorio. La PSA incautó criptomonedas, dólares, pesos y euros en el curso de la operación.
Tres de las jóvenes que estaban involucradas en estas actividades se presentaron como víctimas en la Justicia y compartieron sus experiencias. Relataron que fueron forzadas a intensificar el contenido sexual, incluso en contra de su voluntad. Además, les retenían el dinero que generaban y las obligaban a estar durante todo el día frente a la cámara, donde debían usar juguetes sexuales que eran controlados electrónicamente, lo que causaba lesiones en algunas de ellas. Se informó incluso que una de las víctimas llegó a ser agredida sexualmente en vivo por otras participantes, y otra pasó por un aborto que fue transmitido en la dark web para su posterior comercialización.
Las autoridades llevaron a cabo allanamientos en Rosario, incluido un estudio llamado "Rosario Models," donde se atraía a mujeres con la promesa de ganar dinero en dólares. También se descubrió que la organización utilizaba criptoactivos en sus operaciones comerciales, y se logró congelar las billeteras virtuales y transferir los fondos a una cuenta judicial.
La investigación sobre esta red de trata, que comenzó hace tres años, reveló una serie de abusos, explotación, amenazas y coacción sufridos por las víctimas. Las jóvenes eran inicialmente captadas a través de anuncios en páginas web o redes sociales, y se les prometía formación y equipamiento de alta tecnología para realizar transmisiones en vivo en línea. Sin embargo, estas promesas resultaron ser una trampa, y las mujeres vivieron un infierno de abusos físicos y psicológicos.
Las víctimas eran forzadas a comprar lencería y juguetes sexuales que eran controlados electrónicamente por los clientes, lo que les causaba daño físico. Había un sistema de multas por llegar tarde, faltar o demorarse, y a menudo les retenían el dinero que habían ganado. Las mujeres eran amenazadas con la difusión de videos comprometedores si intentaban renunciar.
Este caso ha generado una conmoción en Argentina y ha llevado a la detención de los presuntos responsables de esta red de trata. Las autoridades han intervenido en la investigación, y la causa está siendo llevada por la Fiscalía Federal N°1 bajo la supervisión de la jueza federal Sebastián Casanello.
